La anhelada fecha llegó. Los gobiernos de Colombia y Venezuela reabrieron formalmente sus fronteras, poniendo fin a una tirante relación bilateral que hizo crisis en 2015.
Autoridades de ambos países se dieron cita en el puente Atanasio Girardot, localizado en la población de Tienditas, para materializar una promesa electoral hecha por el presidente colombiano Gustavo Petro y refrendada por su homólogo venezolano Nicolás Maduro.
La apertura total de fronteras se hizo oficial con la inauguración de un puente binacional que permitirá el paso de vehículos de todo tipo, una formalidad que contribuirá en la reactivación de la alicaída economía del país bolivariano.
El evento contó con la presencia de representantes de la iglesia católica y organismos de seguridad.
La apertura de este acceso binacional -una estructura diseñada para el tráfico vehicular entre el estado venezolano Táchira y el departamento colombiano de Norte de Santander– es el más reciente paso en la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países.
El ministro de Transporte venezolano, Ramón Velásquez Araguayán, dijo que culminaron las reparaciones en esta estructura que nunca ha sido usada y que fue el escenario de un enfrentamiento en 2019, cuando el antichavismo intentó ingresar ayuda humanitaria sin autorización del Gobierno de Maduro.
Los trabajos en el puente incluyeron la habilitación del puesto de control para la entrada y salida del transporte -a través de ocho taquillas- y la adecuación de espacios desde los cuales se fiscalizará el paso de camiones de carga pesada y de autobuses.