Consumidores, usuarios y conductores abarrotaron mercados y las gasolineras ante la inminente aplicación de la reconversión monetaria, una medida que supone alzas históricas en precios de productos y servicios.
La ciudadanía está viviendo horas de zozobra e incertidumbre y los observadores preven caos e incremento de la crisis.
La última jornada en la que los bancos abrieron sus puertas antes de la reconversión, significó un corre corre angustiante toda vez que pasado el fin de semana largo, varios billetes de baja denominación saldrán de circulación, incluyendo los del cono monetario anterior al que va a ser sustituido y que aún eran usados.
Largas colas y caras más largas aun hubo frente a los bancos y automercados, mientras la gente intentaba disimular el nerviosismo que los embargaba.
La hiperinflación y la desconfianza de la gente en el nuevo cono monetario obligaron a los usuarios a agotar el límite de sus tarjetas de crédito y de débito.
La gente se prapara psicológicamente para enfrentar lo que vaticinan será un nuevo fracaso, esta vez del bolívar soberano.
Caracas, San Cristóbal, Maracaibo y Valencia reportaron aumento de compras nerviosas, en medio de marchas contra la crisis de los servicios públicos.
Analistas estimaron que el aparato económico irá recalentándose aun más durante el fin de semana, antes de la pausa del 20-A cuando el día feriado podría disipar los temores tanto de los prestadores de servicios como de los propios consumidores.