Investigadores de la Universitat de València han identificado qué proteínas participan en el inicio de la conversión de célula adultas en células madre pluripotentes inducidas (iPS), a través de la fisión mitocondrial.
Las células madre pluripotentes inducidas fueron descubiertas en 2006 en laboratorios de Japón. Proceden de la reprogramación de células adultas convencionales, pero se comportan como las prometedoras células madre y pueden dar lugar a casi todos los tipos de tejido humano.
El estudio molecular que se ha presentado ahora, aplicable en medicina regenerativa y carcinogénesis, ha sido publicado en la revista ‘Cell Cycle’ y concluye que sin estas proteínas, la reprogramación celular no podría producirse, según un comunicado de la Universitat.
«Conocer este proceso puede dar lugar a que lo modifiquemos mediante compuestos químicos que alteren la función de las proteínas implicadas», ha destacado Josema Torres, investigador del Departamento de Biología Celular de la Universitat de València.
El trabajo identifica la importancia de la fisión mitocondrial (proceso por medio del cual se dividen las mitocondrias, orgánulos celulares responsables de la producción de energía en las células) para el proceso de reprogramación de células somáticas a células madre pluripotentes inducidas.
Las primeras son las que forman los tejidos y órganos de un ser vivo, mientras que las segundas, las células madre, son las que tienen la capacidad de dividirse para regenerar las células dañadas en los tejidos.
En el trabajo también han participado investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria (INCLIVA) de Valencia y otras entidades
El artículo publicado en la revista especializada describe la fisión mitocondrial como un proceso celular «absolutamente necesario» para que esta conversión celular pueda tener lugar.
Un estudio dirigido por Torres, también investigador asociado del INCLIVA, ya detalló que la fisión mitocondrial inducida durante el proceso de reprogramación celular en la mitocondria necesitaba de la proteína Drp1, y ahora se ha identificado que las proteínas que reclutan a Drp1 en la mitocondria son Gdap1 y MiD51.
«La ausencia de cualquiera de ellas impide que se lleve a cabo la fisión mitocondrial y, por tanto, impide la reprogramación celular», ha destacado Torres, quien apunta que hasta ahora el papel de estas proteínas en la fisión mitocondrial no era del todo conocido.
Otro aspecto relevante es que cuando la mitocondria no puede fisionarse en respuesta al estímulo de crecimiento celular propiciado por el proceso de reprogramación, las células sanas frenan su crecimiento, de forma semejante a lo que ocurre en células cancerosas.
Sin embargo, y a diferencia de las células tumorales, este estancamiento en el desarrollo se produce sin daño en el genoma de las células.
«Este freno del crecimiento celular durante la reprogramación de células sanas en ausencia de una fisión mitocondrial eficiente, sigue por tanto un mecanismo diferente al que utilizan las células tumorales», concluye Torres.
Por sus propiedades de división indefinida y pluripotencia, las células iPS constituyen una fuente ilimitada de cualquier tipo de células que forman un tejido adulto, y permiten por tanto investigar que ocurre en las células de un individuo cuando se produce una enfermedad.
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