El informe de Violencia Autoinfligida 2022 del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) revela que, aunque se evidencia un “aparente descenso” en los casos de suicidio en Venezuela en comparación con años anteriores, los niveles aún superan las cifras previas a la crisis que atraviesa el país desde 2016.
Si bien la tasa de suicidios en Venezuela se encuentra por debajo del promedio mundial y de los países con tasas más altas, sigue siendo motivo de preocupación debido al incremento significativo en algunas regiones.
En este contexto, resulta crucial comprender los factores que contribuyen a este fenómeno y abordar la necesidad de políticas públicas de prevención y control.
El informe del OVV destaca que durante el año 2022 se registraron 2.173 muertes por suicidio en Venezuela, lo que equivale a un promedio de 7,7 muertes por cada 100.000 habitantes. Aunque los datos apuntan a una disminución en estos comparación con el año 2018, cuando se alcanzó una tasa de 9,3 muertes por cada 100.000 habitantes, los niveles actuales aún superan las cifras anteriores a la crisis.
El análisis del OVV señala que la migración al extranjero, la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, la recepción de remesas y la reactivación económica posterior a la pandemia podrían haber contribuido al descenso de los casos de suicidio.
No obstante, en zonas como el Área Metropolitana de Caracas y la región centro-norte costera, se ha observado un aumento significativo en las tasas de suicidio entre 2021 y 2022.
El informe también identifica diversos factores de riesgo que podrían influir en el comportamiento suicida en Venezuela. Entre ellos se encuentran los altos niveles de pobreza, el aumento de la desigualdad social, la depresión, la ansiedad, los conflictos familiares, el acoso escolar y la pérdida del poder adquisitivo debido a la elevada inflación.
Estos factores, combinados con la falta de cambios estructurales en el ámbito económico y político, representan desafíos significativos para abordar la crisis actual.
La persistencia de la crisis en Venezuela y sus múltiples impactos en la sociedad han generado un aumento en los casos de suicidio, aunque se haya observado un aparente descenso en comparación con años anteriores. Es necesario reconocer que el comportamiento suicida constituye un problema de salud pública que requiere una atención integral.
Para abordar esta situación, es fundamental implementar políticas públicas que se enfoquen en la prevención y el abordaje de la violencia autoinfligida.
Además, se debe promover la cooperación entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y los organismos internacionales para desarrollar estrategias efectivas de prevención del suicidio.
Estas estrategias deben incluir la mejora de las condiciones de vida de la población, la promoción de la salud mental, la educación sobre la importancia de buscar ayuda y el fortalecimiento de los sistemas de atención en salud.
En definitiva, la crisis persistente en Venezuela y sus consecuencias socioeconómicas han generado un entorno propicio para el aumento de los casos de suicidio.
Sin embargo, con un enfoque integral y acciones concretas, es posible trabajar en la prevención y control de esta problemática, brindando apoyo a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad y promoviendo la salud mental en la sociedad venezolana.