El entrenador personal por la National Strength and Conditioning Association (NSCA), Manel Martínez, escribe en su blog fitness los cuatro errores que te alejan de tu objetivo.
¿Entrenas en sala de fitness y llevas un tiempo desanimado o aburrido? ¿Has perdido la confianza y te planteas dejar tu entrenamiento? ¿Te encuentras fatigado antes de empezar el entrenamiento o al poco rato de empezar? Entonces, es probable que estés sufriendo estrés mental y emocional, que influye negativamente en tu rendimiento físico.
En primer lugar, deberías localizar los motivos que te han llevado hasta ese punto:
1. Tu entrenamiento es monótono.
2. Tu carga de entrenamiento es excesiva y prolongada.
3. Tu estilo de vida fuera del entrenamiento es contrario al deportivo.
4. Tus metas no están bien definidas.
La práctica de ejercicios con sobrecarga hasta llegar al fallo muscular es muy común. Esto podría ser muy beneficioso para aumentar tu masa muscular, pero si este entrenamiento se realiza con demasiada frecuencia, puede disminuir la concentración de la testosterona en reposo y provocar un estancamiento físico y mental. ¿La solución? Si entrenas al fallo muscular, hazlo durante 6 semanas y luego realiza alguna semana de descarga.
Si tu entrenamiento se basa en pesos libres, poleas y máquinas, puede llegar a ser monótono y provocarte aburrimiento, desmotivación y estancamiento físico, todo lo cual podría hacer que tirases la toalla más pronto que tarde. Para evitarlo, modifica temporalmente tu programa, incorporando nuevas técnicas de entrenamiento: en suspensión, con plataformas que generen inestabilidad, lastres… El objetivo es generar estímulos nuevos pero igualmente exigentes. Tu musculatura y tu mente se beneficiarán de estas novedades con un mejor rendimiento físico y sintiendo interés por realizar la nueva tarea.
Puede que entrenes duro, pero para que esa actividad sea beneficiosa, logres tus metas y sigas ilusionado con tu deporte, el tiempo que pases fuera el gimnasio debe ser igual de ordenado que tu entrenamiento. Por eso, una correcta alimentación, un estilo de vida saludable y el descanso adecuado deben ir cogidos de la mano de tu entrenamiento. El éxito radica en la integración de todos estos factores. Si no los integras todos, no lo conseguirás.
Por último, asegúrate de que tus objetivos sean realistas. Es decir, que los puedas conseguir en un tiempo razonable. También es fundamental que sean cuantificables para que puedas ir evaluándote.
¿Por qué es tan importante mantener siempre alta tu motivación? Pues porque te proporciona un chute de energía, ya sea para iniciarte en el ámbito deportivo o para empezar un nuevo reto; para cambiar algunos de tus hábitos por otros más saludables, y para mantener este estilo de vida con el fin de seguir mejorando. Si desperdicias esa energía con esfuerzos excesivos y no te organizas correctamente, te agotarás y podrías sufrir agobios, agotamiento físico y emocional, baja autoestima, frustración, abandono del ejercicio e incluso lesiones.
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