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Boyhood y representación de la excentricidad

Tras 12 años de rodaje

Esta cinta, Boyhood, ofrece un paisaje atiborrado de la cotidianidad simple y sencilla, hasta vulgar. Con la fuerza y destreza que embate con vehemencia afianzada en la indiscutible sinceridad que da la realidad.

Un film que se tardó 12 años de rodaje, con el que los personajes envejecen de niños a adolescentes, de adultos a ancianos. Redimensionando la humanidad de los personajes que no evolucionan en el discurso, algo soso, en el que se pierde la esencia del director, Richard Linklater.

Ciertamente es un trabajo que solo algunas personas esperaron con tanta intensidad y que se quedaron «cortos» en un final sin cierre. Pese a la presencia de escenas muy bien realizadas, articuladas y que podrían llegar a ser clásicas por su significado, hoy es una de las favoritas a «Mejor Película» de los premios Oscar 2015.

Una propuesta más que arriesgada debido a que Linklater simplemente renuncia a la retórica o al énfasis propio de la industria y busca expandir las barreras de la «estructura» de la academia. Con una sencilla premisa «no siempre somos protagonistas o centro de todos los acontecimientos» las vidas de estos personajes giran en un carrusel enigmático que se aglomeran en los recuerdos del día a día y en la belleza de la sencillez de la vida.

La actuación de Patricia Arquette, nominada por primera vez a sus 46 años, desnuda su alma en un personaje tan real y cotidiano como la vida misma y que sin duda alguna se alimenta en las cicatrices de su propia experiencia como madre.



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Ángel Medina

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