Transcurrió mi infancia en medio de personajes muy queridos que andaban por las calles victorianas, Nicola Di Teodoro los describe en su libro «Estampas Victorianas», yo los recuerdo con respeto y cariño, tuve la oportunidad de compartir con algunos de ellos.
Infancia Victoriana
En tierra victoriana,
de leyendas e historias
transcurrió mi infancia
entre humildes personas
que la vida alegraban,
con cuentos y anécdotas
que los rodeaban,
que hermosas páginas.
Diagonal a mi casa,
unas ruinas sin ventanas,
en la calle Rivas Dávila
por Corea era habitada,
un hombre que caminaba
con cauchos que rodaba
por toda la ciudad,
para hacer alpargatas.
El Dr. singer lo llamaban
o también Media cuadra,
máquinas de coser arreglaba,
cuando la suya se dañaba,
mi madre le avisaba,
tenía mucha fama.
Valentín iba a mi casa,
con su sonrisa amplia,
la inocencia en su cara,
la niñez nunca pasaba,
el café caliente tomaba
con cariño lo saludaban,
uno de los pies arrastraba.
Cuantas veces con Manamas,
en la iglesia conversaba
decia que era el guardian
de la gruta y la plaza,
alguién de su descendencia,
segundo grado de primaria,
conmigo estudiaba.
Andaba Pata e’ cabulla
por calles aledañas,
¿caballero o dama?
era una incognita
que nadie despejaba.
Cuando el grupo Candilejas,
sus obras presentaba,
en la casa de la cultura,
allí en sus puertas,
se encontraba Pancha
recibiendo las entradas,
siempre alguien se coleaba.
Ruedas de una carretilla,
con chirridos se escuchaban,
Nemecio la empujaba,
«Perico», cuando pasaban,
zagaletones le gritaban,
ofendido y con rabia,
sacaba una navaja,
feas palabras pronunciaba
y en veloz carrera,
los muchachos escapaban.
Que alegre fueron los dias,
de mi infancia victoriana.