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La cruda realidad económica en Venezuela: El alto costo de la alimentación

La situación económica en Venezuela ha llevado a que los ciudadanos enfrenten grandes dificultades para cubrir sus necesidades básicas, especialmente en lo que respecta a la alimentación.

Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), se requieren 108 salarios mínimos para acceder a la canasta alimentaria familiar. En este contexto, el presente texto analizará la realidad económica y los desafíos que enfrentan los venezolanos para satisfacer sus necesidades alimenticias.

La canasta alimentaria familiar, calculada para cinco personas, tuvo un valor de 523,29 dólares en mayo, según las estimaciones del Cendas-FVM. Esta cifra contrasta significativamente con el salario mínimo establecido por el gobierno, que equivale a tan solo 4,85 dólares mensuales.

Para cubrir los gastos de alimentación diarios, una familia necesita aproximadamente 17,44 dólares, lo que representa una brecha insuperable para la mayoría de los ciudadanos.

El informe del Cendas-FVM revela que el costo de la canasta básica disminuyó ligeramente en comparación con el mes anterior, pero en moneda local, el aumento ha sido considerable. El alza de los precios en diversos productos es evidente, destacando el caso de la salsa y mayonesa, la leche, queso y huevos, y las grasas y aceites.

La situación se agrava con la persistente inflación que afecta al país. La inflación acumulada en los primeros cinco meses del año es del 96,3%, lo que indica un deterioro significativo del poder adquisitivo de la población. Estos datos demuestran que la crisis económica en Venezuela sigue presente, a pesar de que el país salió de la hiperinflación en diciembre de 2021.

La realidad económica en Venezuela es alarmante, especialmente en lo que respecta al acceso a los alimentos. Los altos precios de la canasta básica y la disparidad entre los salarios y los costos de vida hacen que sea extremadamente difícil para los venezolanos satisfacer sus necesidades alimenticias.

La inflación persistente y los constantes aumentos de precios agravan aún más la situación. Es evidente que se requieren soluciones y políticas económicas efectivas para aliviar esta crisis y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.