La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado recientemente que la epidemia de Mpox, también conocida como ‘viruela del mono’, ha dejado de ser considerada una emergencia sanitaria global. Esta declaración se produce un año después de que la OMS emitiera una alerta sobre la propagación de la enfermedad. Aunque la OMS ha levantado la alerta máxima para el covid-19, advierte que tanto el Mpox como el covid-19 siguen siendo una amenaza y continúan circulando y causando muertes.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció en una conferencia de prensa en Ginebra que el Mpox ya no representa una emergencia de salud pública a nivel internacional, siguiendo la recomendación del Comité de Emergencias de la organización.
Los brotes de Mpox comenzaron a registrarse en Europa y Estados Unidos en mayo de 2022, extendiéndose más allá de los países endémicos en África central y occidental.
Desde que se declaró la emergencia de salud pública a nivel internacional el 23 de julio de 2022, se ha observado una notable disminución en el número de casos. Tedros informó que en los últimos tres meses ha habido un 90% menos de casos en comparación con los tres meses anteriores.
Hasta ahora, se han registrado más de 87.000 casos en 111 países, con 140 muertes causadas por la enfermedad.
A pesar de la disminución de casos, Tedros advirtió que tanto el Mpox como el covid-19 siguen siendo una amenaza. Ambos virus continúan circulando y causando muertes. Es importante mantenerse alerta y preparados para posibles nuevas oleadas de estos virus.
El levantamiento de la emergencia sanitaria global por la epidemia de Mpox marca un hito importante en la lucha contra esta enfermedad. La disminución de casos y el control de la propagación son logros significativos. Sin embargo, tanto el Mpox como el covid-19 siguen siendo una preocupación, y es fundamental mantener medidas de prevención y vigilancia para evitar nuevas oleadas de estos virus. La declaración de la OMS subraya la importancia de la cooperación internacional y la respuesta rápida y eficiente frente a las emergencias sanitarias globales.
La salud pública continúa siendo un desafío global, y se requiere una atención constante y coordinada para proteger a las comunidades de enfermedades infecciosas.