Giovanni Scutaro es un hombre de mundo. No había terminado de llegar de Doral, Miami, Estados Unidos, donde estuvo presenciando los pormenores del Miss Universo 2015, cuando fue invitado a la presentación del especial Nueva York viene a Caracas, una noche en la que una de las mejores mixólogas de la Gran Manzana se hizo presente en la capital bolivariana para mostrar unos exquisitos cócteles elaborados con Ron Santa Teresa 1796.
Scutaro encabezó la lista de personalidades que degustaron algunas de las bebidas elaboradas por Jéssica González, ganadora del Sip a Nightcap Competition, con el ron que más demanda tiene en el mercado mundial.
“Esta es una de las cita a las que no puedo faltar, la casa Santa Teresa es una de las de mayor abolengo y que llena de orgullo a todo venezolano”, dijo Scutaro.
–¿Qué agenda tiene prevista para estos primeros meses de 2015?
–Es una agenda muy ambiciosa, estoy trabajando fuertemente tanto en Nueva York como en Miami, pero sin abandonar mi país.
Desde 2004, Scutaro ha venido madurando un proyecto que por fin dará frutos y que será presentado internacionalmente, en España, en mayo: el perfume Scutaro.
–¿Cuánto tiempo lleva elaborando este perfume?
–Diez años.
–¿Por qué tanto tiempo?
–No es mucho, en realidad es el período regular que se lleva madurar una idea de este tipo. Seleccionar empaques y dar con las combinaciones exactas de perfumes, es algo que se lleva mucho tiempo en consultas y pruebas; máxime, si como en mi caso se piensa salir con una fragancia para damas y otra para caballeros, simultáneamente.
Cuando se menciona la marca Scutaro se piensa en el diseñador más exitoso de los últimos 20 años que acaba de consolidar su tienda Scutaro Kids y ahora va a un nivel más alto con el lanzamiento de su propia marca de perfume, algo que logró gracias al patrocinio de la misma casa que llevó a buen puerto a la fragancia Carolina Herrera.
La etiqueta Scutaro es número uno en Venezuela, pero últimamente está entrando con mucha fuerza en Miami, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia y Nueva York. “Los neoyorquinos son exigentes, pero gracias a unas amigas he podido abordar el mercado con mucha confianza”, explica el diseñador.
Este especialista en modas y arte tiene visado norteamericano y pasaporte europeo, pero cuando se le insinúa si abandonará Venezuela, responde tajantemente: –¡Jamás!, no voy a botar 26 años de mi trabajo.
–Algunos de los más importantes íconos de la moda han muerto ya y otros han surgido, en los últimos 30 años ¿qué están haciendo los diseñadores de su generación para trascender aún más en el tiempo?
–Yo lo que he hecho es trabajar como lo hacen los japoneses que en las situaciones de crisis se reinventan. Si no tengo hilo, lo traigo; acabo de llegar con 18 baúles full de materia prima. Hay que reinvertarse continuamente, independientemente de las circunstancias. Nada va detenerme.
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