El Sistema Marginal de Divisas (Simadi) es un programa de inversión que permite la compra-venta de dólares, según lo establecido en el convenio cambiario número 33, publicado por el Banco Central de Venezuela (BCV).
El programa está abierto a toda persona natural o jurídica y las primeras dos herramientas a las que se deben echar mano son: una cuenta en dólares de las que pueden abrirse en las entidades financieras del país, reglamentadas en el Convenio Cambiario número 20 y el propio convenio publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 6.171.
Clave 1: Tasa cambiaria a 170 bolívares por dólar
Tácitamente ya quedó sin efecto la censura que había sobre el precio del dólar permuta. A partir de ahora el tipo de cambio de las transacciones de compra y venta de dólares será el que acuerden libremente las partes que intervienen en una operación que se llevará a efecto en la Bolsa de Valores de Caracas. Diariamente, el Banco Central de Venezuela publicará en su página Web, el tipo de cambio de referencia correspondiente al tipo de cambio promedio ponderado de las operaciones transadas durante cada día. En las primera dos jornadas el precio fue de 170 y 174,47 bolívares por dólar.
Clave 2: El menudeo
Aquellos clientes que van por cantidades pequeñas transarán sus negociaciones en el menudeo, a través de las casas de cambio. En este caso, nadie podrá comprar más de trescientos dólares o su equivalente en otra divisa, diario; ni vender más de doscientos dólares o su equivalente en otra divisa.
Al mes se podrá adquirir un monto máximo de 2 mil dólares en las casas de cambio y al año 10 mil para el caso del menudeo. Además se establece la cantidad de trescientos dólares como el monto mínimo “a partir del cual los bancos universales podrán efectuar, por persona natural, operaciones de venta de divisas en el mercado de menudeo”.
Clave 3: Control previo a la adquisición
Una manera de controlar el uso de las divisas es la que el convenio cambiario número 33 estipula para la compra de dólares por parte de las personas naturales. Estas deberán indicar el origen y destino lícito de los recursos, y cumplir con la regulación que dicte al efecto el Banco Central de Venezuela y la normativa prudencial emanada de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudebán). Las instituciones deberán solicitar la identificación de las personas con las que realicen las transacciones, la causa que les da origen y el destino de los fondos, manteniendo a disposición del Banco Central de Venezuela y del Ministerio de Finanzas la documentación que soporta tales operaciones, por al menos diez años.
Clave 4: La medida es inflacionaria
Las empresas que trabajan en el sector de alimentos y medicinas están entrampadas porque o compran el dólar al Gobierno a 6,30 o no compran.
El resto podrá salir al mercado y adquirir un monto mínimo de tres mil dólares en el Simadi, a través de la banca comercial. En los bancos las órdenes de compra y venta solo podrán cruzarse entre clientes de la misma institución.
Pero qué duda cabe que el precio final del bien llevará implícito el costo de la divisa norteamericana utilizada en su elaboración.
Clave 5: Fase experimental
El Simadi está en su fase experimental y los analistas estiman que a muy corto plazo serán revisados otros instrumentos que son como una camisa de fuerza en la economía doméstica, verbigracia la ley de precios justos.
El monopolio de los dólares es del Estado, obtener mejor rendimiento en la subasta de estas divisas permitirá alcanzar una suma nada despreciable de ingresos que si son destinados al pago a proveedores podría reactivar el aparato productivo.
Reordenar las cuentas, balancear el déficit fiscal y refinanciar la deuda externa son metas a mediano plazo que implican la participación de entidades multilaterales, algo que en Venezuela no está planteado.