Hay ciertos factores que deben ser excluidos del debate político insustancial en cualquier país del mundo; en otros se hace. Nosotros no hemos aprendido la lección y dudo que la absorbamos en el corto plazo.
En fecha reciente hicimos un comentario sobre la necesidad de preservar la imagen de PDVSA y la negligencia de sus comunicadores en este aspecto. Y una respuesta, gracias a Dios solo una, puso a la petrolera en el candelero insustancial.
Pdvsa es un recurso del país, no de este gobierno ni de ningún otro. Antes había funcionado así y todos los gobiernos acordaron no traspasar esa línea roja.
Chávez la dinamitó en su excelsa sabiduría que aún alguno exalta. Pero Pdvsa no está en las tablas y no podría estarlo mientras tengamos petróleo en el subsuelo y de alguna forma en algún momento podamos recuperar el cacharro en que la ha convertido esta administración chavista tras 22 años.
Incluso, el actual presidente de Pdvsa, que aun con el mismo apellido no es hermano de Chávez; fuentes internas aseguran que quiere innovar pero lo frenan “desde arriba” y carece de escudo comunicacional. Insólito pero creíble.
En tal virtud parto del principio de la necesidad de que excluyamos la imagen de Pdvsa (deteriorada hoy) de la diatriba porque de ella habremos de colgarnos en cualquier momento y no podemos lanzar pedradas esperando no romper los vidrios. Denunciemos a los bárbaros que la han arrasado sin contaminar a Pdvsa de sus ignorancias crasas.
Pdvsa no tiene la culpa, por ejemplo, que Maduro la haya hecho presidir por un analfabeto de la talla de Manuel Quevedo. Amar al país no traduce desestimar sus potencialidades…aun a futuro. (Digo yo) José Angel Borrego.