Esta semana se disputó la trigésima jornada del fútbol español que nos deparó los triunfos del FC Barcelona por 4 a 0 ante el Almería, del Real Madrid por 0 a 2 en su visita a Vallecas y del Atlético de Madrid por 2 a 0 ante la Real Sociedad.
En el derbi disputado en el barrio madrileño de Vallecas, el Rayo hizo una primera parte sublime ante un Real Madrid que no tenía el balón y que sufría las embestidas del cuadro dirigido gallardamente por Paco Jémez y que ocupa la décima plaza del campeonato. Si no hubiera sido por la actuación determinante de Iker Casillas el equipo merengue se hubiera ido al vestuario abajo en el marcador. Tal como lo manifestó el técnico rayista al finalizar el partido, Casillas calló muchas bocas en el campo de Vallecas, haciendo tres estupendas paradas ante un disparo de Alberto Bueno (min 15), un cabezazo del angoleño Manucho, tras un córner (min 34) y otro cabezazo, a bocajarro, de Trashorras, luego de un centro medido desde la derecha del lateral Tito. Tras el paso por los vestuarios, el conjunto de Carlo Ancelotti mostró una imagen muy diferente, adelantando sus líneas y yendo por el partido, a sabiendas que tras la victoria del Barsa lo que no fuera sacar los 3 puntos de Vallecas significaría decirle adiós a la liga.
Empezaron a sucederse ocasiones de peligro de los blancos, por parte de Bale (2 de ellas), Benzema, Marcelo, James y un clarísimo penalti de Amaya a Cristiano Ronaldo (min 51) no pitado por el colegiado, a pesar que el central local, tras el espléndido regate del de Madeira se lo llevó por delante. Además, no contento con su error, el árbitro Melero López amonestó por simular a Cristiano y esta tarjeta le acarrea cumplir el ciclo de sanción el próximo fin de semana ante el Eibar.
Lo siguió intentando el Madrid hasta que en el minuto 68, Carvajal se zafó con un autopase de su marcador Embarba (el cual lo había enloquecido en la primera parte) para llegar hasta la línea de fondo y servir un centro perfecto al punto de penalti, donde Cristiano se tiró en plancha para poner el 0 a 1 y lograr su gol número 300 con la camiseta del Real Madrid en 288 partidos oficiales, para un estratosférico promedio de 1,04 goles por partido, convirtiéndose además en sólo en tercer jugador de la historia blanca, tras Raúl (323) y Di Stéfano (307) en llegar a las 300 dianas.
Cuando el Rayo se volcó a buscar el empate llegó la sentencia del Madrid, en una acción donde Cristiano asistió en la frontal del área a James Rodríguez y el colombiano acarició el esférico con su mágica zurda para poner el balón lejos del alcance del guardameta Cobeño (min 74). Segundo partido consecutivo donde el sudamericano ve puerta tras volver de la lesión, firmando una primera temporada de ensueño como madridista, ya que acumula 13 tantos e igual número de asistencias en 35 partidos con la casaca merengue.
Terminó el partido con una parada antológica de Casillas, después de un cabezazo ajustado al palo del delantero africano Manucho (min 89).
Por su parte, el Barcelona se deshizo con comodidad del Almería y le dio tiempo para alinear a algunos jugadores no habituales, dándole descanso a jugadores importantes (Neymar, Piqué, Mathieu, Iniesta) de cara a los 4 partidos que tendrá por delante (viaje a Sevilla en liga, PSG en Champions, ida en Paris, recibir al Valencia en liga y al PSG, vuelta de Champions) y que definirán la temporada de los azulgranas.
Se adelantó el Barsa en una jugada aislada desde la banda derecha donde recibió Leo Messi, hizo la diagonal y mandó un disparo ajustado que se coló en el palo largo de la portería del Almería. Con su gol, el rosarino pasó al legendario italiano Silvio Piola (274) como noveno máximo goleador de la historia de las 5 grandes ligas europeas. Por su parte, el charrúa Luis Suárez marcó por partida doble (el primero de ellos de hermosa factura) logrando 10 goles en 21 partidos como culé en el campeonato y 16 en 31 partidos con el Barsa esta temporada y 11 asistencias. También marcó el central Bartra a la salida de un saque de esquina para un FC Barcelona que sigue mostrando una fiabilidad a toda prueba.
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