Debido a que el higado de los bebés es más pequeño y poco desarrollado no pueden procesar de la misma manera el alcohol que un adulto. Una madre que consume alcohol afecta la alimentación de su bebé porque disminuye la producción de leche que suministra a sus pequeños además que pueden hacerlos sentir mareados, afectando la calidad de su sueño.
Si una madre consume alcohol debe dar tiempo a eliminar esta sustancia en el cuerpo.
Se necesitan por lo menos 3 o 4 horas para que disminuyan los niveles del alcohol en la sangre. Se ha determinado que mientras más licor ingiera la progenitora más tiempo requerirá el organismo para expulsarlo completamente.
Otra opción es esperar a alimentar al niño antes de consumir alcohol de manera que esté suficientemente satisfecho y luego darles de comer leche previamente vaciada en tetero o fórmulas infantiles.