Llevar a los niños al parque entre 15 a 30 minutos tienen múltiples beneficios para su salud emocional y física. Un infante en un parque al aire libre recibe sol, una importante fuente de vitamina K que es fundamental para la absorción de calcio y crecimiento de los huesos.
Compartir con otros niños les proporciona beneficios sociales ya que aprenden el significado de la cooperación, de esperar así como a tener conversaciones que les ayudará a fomentar las relaciones sociales durante el resto de su vida.
Estudios han descubierto que el contacto con la naturaleza les ayuda a tener un efecto relajante, ya que después del momento de juego pueden apreciarse con menos síntomas de hiperactividad y en la escuela mejoraron su concentración y disposición a permanecer con la naturaleza.
El deseo de un niño por compartir comienza entre los 15 y 18 meses. En cuanto a los padres será una experiencia grata para conocer al niño en otro ámbitos.
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