Fue una disputa internacional de vetos, argucias leguleyas y frustraciones.
Con estruendo jurídico, la tenaz controversia amenazó la ruptura de relaciones artísticas y diplomáticas entre Argentina, Estados Unidos, República Dominicana y Cuba.
Desde Buenos Aires, varios diarios, semanarios y revistas y revistas publicaron la denuncia periodística a grandes titulares: “Ha sido plagiada la música de “El choclo”, nuestro tango tradicional junto a “La comparsita”.
Eso fue en 1952 cuando la prensa se Estados Unidos reveló que el célebre trompetista y corneta Louis Armstrong, conocido como “Satchmo” (1901+1971), había estrenado exitosamente el tango norteamericano “Kiss of fire” (“Besos de fuego”), con autoría de Lester Alien y música de Robert Hill.
Y aunque le letra de la canción difería por completo de la original de “El choclo” del compositor Angel Villoldo Arroyo (1861+1919), los defensores de los derechos de autor repudiaron la burda imitación al calificarla de “descarado plagio”.
Los versos del renombrado tango son términos coloquiales del lunfardo argentino con acento prostibulario, cuyo título es apelativo de maíz tierno en voz indígena quechua, ingrediente del criollo puchero gaucho, aunque algunos costumbristas lo asocian al apodo del “compadrito” rufián y traicionero que solía frecuentar lenocinios y lupanares de los bajos fondos.
Asimismo, hay divergencias en cuanto a la exactitud de fechas de su creación. Unos dicen que se remonta a 1896, mientras otros afirman que fue en 1900. Todos coinciden, sin embargo, que se estrenó en 1903 en el bar restaurante “El americano, interpretado por la orquesta de José Luis Roncallo, quien debió camuflarlo como “danza criolla”, ya que al dueño del local no le gustaban los tangos.
No obstante, fue en 1947 cuando el compositor Enrique Santos Discépolo (1901+1951) escribió sus estrofas definitivas, interpretada por la Orquesta de Francisco Canaro: “Con este tango, burlón y compadrito/ se ató dos alas la ambición de mi suburbio” Lo cantó Libertad Lamarque (1908+2000) en la película mexicana “Gran casino”, dirigida por Luis Buñuel, y de la cual Tita Merello (1904+2002) hizo verdadera creación.
La criticada versión norteamericana que popularizó Louis Armstrong, tiene en cambio letra de despecho de un enamorado que clama por los besos de su amor perdido y se hizo famosa igualmente en todo Estados Unidos en la voz de Connie Francis con su peculiar estilo bilingüe.
Del mismo modo, la segunda traslación o nuevo plagio, de igual modo desaprobado acremente en Argentina, fue tema en ritmo de bolero, con letra en español del compositor dominicano Mario de Jesús Báez, y constituyó original innovación en la voz sensual de la cantante boricua Carmen Delia Dipini, (1927 +1998).
Hoy persiste la polémica en medios artísticos al conmemorarse cada año el estreno de “El choclo” como el tango criollo de mayor fama junto a “La comparsita”.
También en Estados Unidos siguen escuchándose en muchas emisoras los discos de “Kiss of fire” de Louis Amstrong, así como en la voz de Connie Francis.
Y todavía en toda Latinoamérica y comunidades hispanas del mundo, se difunden en programas radiofónicos de añoranzas musicales y grabaciones la interpretación inigualable de Camen Delia Dipini., la eximia “bolerista de América”
Referencias: Wikipedia, Historia del tango y sus cantores, Las mejoras cancioneras boricuas, Blog del bolero, You Tube
Besos de fuego
Letra: Mario Jesús Báez Música: Angel Villoldo Arroyo
En la apartada soledad de nuestras almas
se dieron cita tu ansiedad y mi inquietud,
y saturados por la más divina llama
besos de fuego tu me diste a media luz.
Tiemblo ardorosa al recordar aquel momento
en que mis labios se quedaron en los tuyos
ven otra vez porque me ciega el cruel tormento
de no sentirme entre tus brazos y soñar.
Quiero de nuevo estar aprisionada
en el dulce embeleso de toda una pasión.
Quiero por eso la llama embriagadora
del beso tuyo que me turba la razón.
Ven hacia mi … ven hacia mi…
besos de fuego son los que brinda tu boca,
besos que matan y reviven a la vez,
quiero tus besos con la furia de una loca
por que sin ellos ya no puedo vivir…
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