El sistema de colectores de aguas residuales de Maracay evidencia un peligroso e inminente colapso. Hacia las comunidades al sur de Maracay y las ubicadas en las riberas del lago de Valencia, las aguas negras que se han desbordado en las calles y dentro de las viviendas ocasionan un grave problema de salud pública.
Las aguas usadas provenientes del sistema regional del centro y la de los afluentes utilizados como colectores de aguas servidas tienen un destinatario final, que no es otro que el lago de Valencia.
El lago de Valencia ha aumentado 7,20 metros por encima de la cota máxima de protección de 408 msmm que impide el drenaje de 16.000 litros por segundo de aguas residuales de al menos 10 municipios de Carabobo y Aragua, que colindan con el lago”, refiere el ingeniero carabobeño Germán Benedetti.
Como respuesta al clamor y reclamo ciudadano ante el desbordamiento de las aguas negras en calles y viviendas, la Alcaldía de Girardot ha diseñado un plan especial de reordenamiento del sistema de descargas de aguas residuales del sur de Maracay, que consiste en la construcción de un sistema de captación previo para el control y tratamiento de las aguas servidas.
El problema no puede atacarse de manera aislada, refiere el ingeniero Ángel Sosa. “Primero debemos reordenar el sistema de aguas residuales, con la sustitución de colectores vencidos y que están bajo el agua”.
El proyecto es ambicioso y la alcaldía de Maracay calcula sustituir, en una primera etapa, unos 500 metros de tubería. A la par de esta sustitución, el plan contempla la construcción de unas lagunas de estabilización.
Se trata de tres lagunas de estabilización en 10 de las 18 hectáreas que actualmente se encuentran desalojadas en La Punta”, explica a Crónica.Uno el ingeniero Ángel Sosa, comisionado y vocero de este proyecto en nombre de la municipalidad.
Sosa detalla que una primera laguna anaeróbica construida a 3 metros de profundidad, aproximadamente, captaría las primeras aguas y por rebose pasarían a una segunda laguna.
En esa laguna de estabilización se eliminarían las bacterias y luego, en una tercera, se eliminarían los patógenos de las aguas. De allí se canalizarán al rebombeo para que finalmente se descarguen en el lago previamente saneadas.
Sosa aclara que la construcción de estas lagunas pasa necesariamente por la elaboración de un estudio de suelos.
“Estamos en fase de ingeniería conceptual. El tiempo de ejecución del proyecto se estima en unos seis meses, en el caso hipotético de que tengamos los recursos y que, infiero y calculo, rondan el millón de dólares”, dice Sosa.
Este plan municipal no es sencillo, según admite el propio vocero. Un proyecto de esta envergadura implica la competencia de distintas instancias gubernamentales, además de la municipal.
En esta ocasión —asegura Sosa— contamos con apoyo del Ministerio de Aguas, que, por cierto, ya ha recuperado las bombas de La Punta donde había una sola.
Pero el comisionado municipal deja claro que este plan, particularmente el de las lagunas de estabilización, incluye, además, recuperar las estaciones de rebombeo.
“Ya no hay forma de descargar más agua al lago sino a través del rebombeo. Por eso estamos trabajando en ello en el sector Los Cocos, Pajaritos y en La Esmeralda”, afirma.
Sosa aclara que este plan va más allá de la competencia que tiene la alcaldía, pues al tratarse de un problema de salubridad pública, es un tema de seguridad del Estado.
Debemos afrontar esta realidad. Y desarrollar este plan para evitar seguir perdiendo espacios y el sur de Maracay y que la ciudad no se convierta en una cloaca”, refiere Sosa.
El proyecto municipal tiene sus detractores, inclusive dentro de las mismas comunidades afectadas. Pero el comisionado municipal asegura que el plan ha contado con la discusión en mesas de trabajo, que se han hecho en comunidades como Río Blanco, Los Cocos, Rómulo Gallegos, La Haciendita, Palma Real, Mata Redonda, Casanova y la Esmeraldita.
Sin embargo, líderes comunitarios, como George Sarmiento, habitante de Mata Redonda, sostienen que la comunidad no puede aceptar este proyecto sin que haya una evacuación y desalojo en los sectores afectados.
“Hay que sacar a los 7 sectores afectados que colindan con el muro de contención. Además, cómo harán unas lagunas si el nivel freático está tan alto. ¿Quién controlará los malos olores? Eso será un paraíso para los vectores. Lo primordial es la evacuación e indemnización”, sostiene.
Los habitantes de la zona sur de Maracay creen que esas lagunas solo ocasionarán más contaminación, con la emisión de gases tóxicos producto de la descomposición y transformación de la materia fecal.
Eso —señalan— no es recomendable en zonas donde no haya población.
Obras inconclusas
“Este plan, a mi modo de ver, no tiene carácter de proyecto porque apenas ha sido presentado en unas láminas de Power Point. Para ser proyecto, debe contar con una ingeniería de detalle, estudios de suelo, de impacto ambiental y de simulación volumétrica, es decir, determinar cuánta agua va a entrar y cuánta va a salir”, explica el presidente de la ONG Aguas Sin Fronteras, ingeniero Jesús Castillo.
Para Castillo, el problema del lago de Valencia no admite improvisaciones. De allí que considera que, si la alcaldía de Maracay tiene la disposición de atender la situación, debería realizar una presentación formal del proyecto e incluso, discutirlo en un cabildo abierto para tratar la grave situación sociosanitaria que existe en la zona.
La construcción de estas lagunas de estabilización no está contemplada en las obras de saneamiento y control de las aguas del lago de Valencia que convalidó y comenzó el Gobierno.
Así que la solución al problema de colapso de las aguas servidas de la Gran Maracay pasa, necesariamente, por la ejecución de estas obras”, dice Castillo.
Y el comisionado municipal está consciente de ello.
“Estamos claros de que el problema amerita la intervención de todo el Estado. Necesitamos que se reactiven las 17 obras de saneamiento, que se plantearon en 1995. Eso es prioritario”, admite el ingeniero ángel Sosa.
Trabajos de emergencia
Ya comenzó el periodo de lluvias y viene acompañado de la zozobra y la angustia de cientos de familias que aún residen en la zona sur de Maracay y en las riberas del lago.
La alcaldía de Maracay ha adelantado algunos trabajos para contener posibles inundaciones en la zona.
Estamos trabajando en la emergencia. Ya tenemos —cuenta Sosa— tres bombas activas en La Punta que bombean 2300 litros por segundo diariamente.
Igualmente, el gobierno regional ha anunciado la instalación de un sistema de alertas tempranas que permitirá medir en tiempo real la cota del lago de Valencia, mientras que el Ministerio de Aguas, Hidrocentro y alcaldía han informado sobre la construcción de 830 metros de colectores mixtos en las urbanizaciones Mata Redonda, Palma Real y La Esmeralda.
La municipalidad ha informado a través de boletines de prensa que inició labores de reforzamiento, desazolve y rectificación del río Madre Vieja, garantizado su descarga al río Los Tacarigua.
Los trabajos se realizan con maquinaria pesada, con los que se han extraído y movilizado más de 3000 metros cúbicos de sedimentos, que permitirá un mejor cauce y mitigar los impactos del periodo lluvioso 2022.
“Tenemos un compromiso con las comunidades en zona de riesgo, llevamos un gran avance en el sector el Canal de Río Blanco II, a través del método de sacos de fibra de polipropileno, rellenos con concreto; con esto reforzamos el talud del borde del río, para evitar la infiltración del agua al momento de las lluvias que es cuando ocurre la subida del nivel del agua”, indicó el alcalde Rafael Morales.
Mientras tanto, el proyecto de las lagunas de estabilización no se ejecutará hasta que haya consenso de todos los sectores involucrados y afectados, según refiere el ingeniero Ángel Sosa.
El muro de los lamentos
“El lago es recuperable y se puede revertir el grado de contaminación. Nuestra tarea es salvar el lago. No hay otra opción”, sentencia Sosa.
El lago de Valencia o lago Los Tacariguas es el segundo lago en importancia de Venezuela después del lago de Maracaibo. Además, es el cuerpo de agua dulce sin desagüe al mar más grande del país. Es una cuenca endorreica en cuyas orillas se levantan dos de las principales ciudades del país, como son Maracay y Valencia.
Nueve municipios de Carabobo y Aragua limitan con el lago: cuatro de ellos de este último, tales como Libertador, Girardot, Francisco Linares Alcántara y Zamora.
En los años 70, la creciente actividad industrial y la utilización de los afluentes en labores agrícolas ocasionaron un descenso progresivo en el nivel de sus aguas. Diez años después, los cultivos y la producción de caña de azúcar y cambur empezaron a decaer y el nivel de las aguas del lago creció.
El lago de Valencia recibe, además, aportes de agua de ríos como el Güigüe, Turmero, El Limón, Los Guayos, Aragua, río Güey y El Cabriales. Este último fue desviado por el Ministerio del Ambiente hacia el lago de Valencia en 1979, lo que contribuyó al aumento del nivel del mismo en unos 30 centímetros por año.
Los ríos que confluyen en el lago de Valencia han sido utilizados como colectores de aguas servidas, creando un grave problema ecológico para la cuenca y las comunidades circundantes, y por supuesto, han incrementado paulatina y peligrosamente sus niveles. Como ya se sabe, todas las descargas de aguas residuales están sumergidas en el lago.
En el 2005, el entonces presidente Hugo Chávez dicta el decreto 3498, que declaraba en emergencia el lago de Valencia y establecía la construcción del muro de contención que se levantó con una altura inicial de 412 metros sobre el nivel del mar, mientras la cota máxima de seguridad del lago era de 408 msnm.
El proyectista del referido dique, el geólogo José Vicente Heredia, aseguró en su momento que el muro de contención solo tendría una vida útil de tres años.
La solución se suponía temporal, pero entre los años 2011 y 2012 al muro se le agregaron 2,40 metros y se colocaron sacos repletos de arena y granzón para detener nuevas amenazas de inundación.
A finales de 2011, más de 5000 familias del sur de Maracay resultaron afectadas por las lluvias y la crecida del lago. Entonces se emitió una declaración de emergencia en cinco municipios de Aragua.
Miles de hectáreas bajo el agua
“Es uno de los principales problemas ambientales de Venezuela y tal vez de América Latina. El Estado permitió la construcción de urbanismos privados y públicos, como Mata Redonda, La Punta y Paraparal, respectivamente”, dice el presidente de Aguas sin Fronteras, Jesús Castillo, al referirse al lago de Valencia.
Todo ese crecimiento urbano desordenado alrededor del lago ocasionó otro problema: la escasez de agua potable para las comunidades recién establecidas y su posterior desalojo o desplazamiento, debido a la ocupación de territorio que viene ocasionando el crecimiento del lago.
“El lago de Valencia está creciendo en una proporción aproximada entre 60 y 70 centímetros por año, lo que ha traído como consecuencia que unas 11.000 hectáreas de terreno estén bajo el agua”, dijo el presidente de la Asociación Venezolana e Ingeniería Sanitaria y Ambiental, Rafael Doutant, según reseña del diario El Carabobeño en marzo de 2022.
El Colegio de Ingenieros de Carabobo alertó en el 2019 que “si el nivel del lago de Valencia llegara a la cota 416,00 m.s.n.m. ocuparía unas 108 hectáreas adicionales, pudiéndose perder un total de unas 639 hectáreas de terrenos urbanizados, además de otras áreas agrícolas ubicadas al Sur en el Municipio Libertador, adyacentes al Municipio Girardot”.
Se calcula, extraoficialmente, que, en la actualidad, la cota del lago de Valencia se encuentra entre 414 y los 415 msnm.
Son muchas las voces que han reiterado como salida al crecimiento del nivel de las aguas del lago de Valencia, la ejecución de las obras de saneamiento propuestas en 1995 en el estudio de factibilidad y diseño de las obras de control del nivel del lago de Valencia, presentado ante el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales de entonces, por el consorcio Oficina de Cálculos Técnicos e Hidráulicos, Caltec, S.C.
Este estudio contempla el desvío hacia la cuenca del río Pao de los ríos Maruria y Cabriales y la construcción de obras de trasvase de las aguas excedentes y de 17 plantas de tratamiento para el reúso de las mismas.
Estas obras debieron iniciarse en el 2005 a la par de la ejecución del acueducto regional del centro. A la fecha, siguen inconclusas y el lago sigue creciendo.
Mientras, las comunidades establecidas en el sur de Maracay y de Linares Alcántara están sumergidas a 6 metros. El lago ya se encuentra sobre la cota 414 msnm y estos centros poblados están en la cota 408.
¿Y la indemnización para cuándo?
Para Yelitza González, dirigente vecinal de Mata Redonda y La Punta, la solución inmediata al problema de contaminación y crecimiento del lago de Valencia pasa por la indemnización a los propietarios que perdieron sus viviendas y cuyo dictamen está previsto y ratificado en dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia.
“Aquí han muerto muchas personas y otras han perdido todo. Pero también el lago constituye un grave problema de contaminación para otras comunidades que debe ser resuelto”, refiere.
La vocera comunal señala que el riesgo en Mata Redonda está latente, sobre todo en las manzanas 3, 10, 11, 12, 17, 18, 22 y 29, donde las familias necesitan ser indemnizadas de emergencia y desalojar de inmediato.
“Así como reconocemos la atención que la gobernación y la alcaldía han puesto en nuestras comunidades después de tantos años de abandono, también les pedimos la voluntad de indemnizar a las 367 familias vulnerables y afectadas y así sacarnos este miedo de que ese muro en cualquier momento se venga”.
Con información de Crónica Uno