Las fuerzas policiales chilenas están en estado de alerta máxima. El Tren de Aragua, una megabanda conformada por más de tres mil criminales, se ha apoderado de la región fronteriza entre Chile y Bolivia y desde ahí opera a discreción en actividades que van desde el narcotráfico, la trata de personas y el sicariato.
Investigaciones adelantadas por InsightCrime, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y la periodista Dona Risquez, confirmaron que la organización criminal se radicado en Iquique, a 1.757 kilómetros de Santiago.
El fiscal regional de Tarapacá, Raúl Arancibia, hizo un llamado desesperado a mediados de julio para “evitar que Iquique se convierta en Ciudad Juárez”, debido a la violencia impera en esta localidad. Hasta inicios de agosto se contabilizaban en Iquique 31 homicidios, mientras que durante todo el año 2021 hubo 51.
Miles de migrantes venezolanos que recorren tierras chilenas se ven perjudicados por la actividad del crimen organizado, con origen en el país bolivariano.
Los primeros pasos del Tren de Aragua se sitúan en Venezuela, específicamente en el estado de Aragua. Alrededor del 2009 y 2010 esta zona era parte del Plan Socialista Nacional de Desarrollo Ferroviario 2006, pero nunca pudo ver la luz. La frustración de los trabajadores devino en delincuencia como extorsión, secuestros, robos y homicidios.
La periodista venezolana de investigación Ronna Rísquez no cree en esta versión. Para ella, los orígenes de la banda se situarían en el descontrol en las cárceles de Venezuela, y la aparición de una figura dentro de las cárceles llamada el “pran”, es decir, líderes máximos en movilizar temas económicos de una organización criminal. Para Rísquez, “lo concreto es que había una banda que operaba fuera del Centro Penitenciario de Aragua (conocido como Tocorón) liderada por ‘Chino’ Pedrera. Esto coincide con el nacimiento de los ‘pranes’ y su control de las cárceles. Algunos de los miembros de la banda pasaron por la prisión de Tocorón, donde conectaron con sus líderes, dando inicio al Tren de Aragua”.
El director del Observatorio Venezolano de Violencia, Roberto Briceño-León, sostiene que en 2005 el gobierno de Hugo Chávez cedió “el control interno de las cárceles a los propios presidiarios a través de un acuerdo en el que se eliminaba el control externo y ellos se encargaban de mantener el orden interno de la cárcel y evitar muertes”. No obstante, todo salió mal y nacieron líderes por esta política fallida, entre ellos, Wilmer José Brizuela, conocido como “Wilmito”.
Se calcula que en la actualidad el Tren de Aragua tiene entre 2.500 y 3.000 miembros activos aunque Rísquez cree que hoy son alrededor de 5.000. Desde el 2013 en adelante el Tren de Aragua inició su expansión a otros estados de Venezuela hasta que este país les quedó chico.
Con información de Infobae
