“Te amamos princesa”, escribieron en el cemento aún fresco. Es la tumba de una niña de tres años, arrastrada por el alud que cubrió el pueblo venezolano de Las Tejerías y mató a cerca de un centenar de personas.
Un olor putrefacto cubría el viernes el cementerio de este pueblo montañoso enclavado en las montañas del estado Aragua (centro), devastado hace seis días por una ola de barro, piedras y árboles, tras horas de intensas lluvias.
De los 50 muertos hasta ahora confirmados por las autoridades, 16 ya fueron enterrados, según trabajadores del camposanto.
“Esto ha sido triste”, dijo uno de los operarios mientras limpiaba la maleza. Pide no ser identificado.
“Esa es de una niña de tres años que se le escapó a la mamá de los brazos cuando se dio la tragedia”, agregó, señalando el nicho de baldosas azules donde la pequeña fue enterrada el jueves.
A pocos metros, una montaña de tierra con un ramito de flores cubre la tumba de una pareja de ancianos. Uno de sus familiares permanece aún desaparecido.
El ministro del Interior, Remigio Ceballos, dijo el jueves al canal Telesur que hay “50 personas que lamentablemente perdieron su vida y [sus cuerpos] han sido entregados a sus familiares”.
No ofreció detalles sobre el número de desaparecidos, que hasta el martes era de 56 y se presumen también muertos. El presidente Nicolás Maduro habla ya de “un centenar de víctimas fatales”.
Dos entierros están previstos para el viernes, pero dependerá de la identificación de los cuerpos en medicina legal.
Raúl Borges, por ejemplo, no sabe qué hacer, a quién acudir. Encontró a su esposa muerta en el río y cuando fue a retirar el cadáver en la morgue le dijeron ya había sido entregado.
“Ellos dicen que está dada y que no la tienen ellos”, cuenta este hombre de 67 años, con los ojos rojos e hinchados por el llanto. Las autoridades tampoco supieron darle información de a quién entregaron el cuerpo.
Visita de la ONU
Los trabajos de limpieza y restitución de electricidad continúan en el pueblo. Gran parte de los escombros y el lodo ha sido removido de las principales calles, aunque todavía hay gente sacando agua de sus casas.
Cuadrillas de electricidad y telefonía trabajan para restituir por completo el servicio, mientras camiones cisternas ingresan para repartir agua en la zona. Algunos comercios que no fueron afectados comenzaron a abrir sus puertas.
Sin embargo, aún hay lugares inaccesibles.
Desde helicópteros, militares lanzaron el miércoles cajas de comida con pequeños paracaídas para atender por ejemplo a zonas aisladas.
El gobierno venezolano ha habilitado refugios y anunció que reubicará a familias en complejos de viviendas sociales de otros estados.
Una comisión de Naciones Unidas tiene previsto igualmente visitar este viernes con ayuda humanitaria Las Tejerías, dijo a la AFP una fuente del organismo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó el jueves en un comunicado que donó al Ministerio de Salud “medicamentos y material de curación para 5.000 personas” y “10.000 tabletas purificadoras de agua, cada una de ellas con capacidad para potabilizar 10 litros”.
Las lluvias han ocasionado daños en varios estados. En Zulia, cuna petrolera del país, se reportaron inundaciones en varias localidades.
San Timoteo, un pueblo de pescadores en el Lago de Maracaibo, fue golpeado por una tormenta de unas ocho horas: 20 palafitos fueron destruidos por el mar de leva.
“Los puentes fue lo primero que se vino abajo y enseguida las casas. Hay palafitos que quedaron totalmente incomunicados”, dijo a la AFP Elí Rodríguez, habitante de esta comunidad de unas 7.000 personas.
Con información de AFP/ Fotos: Voz de América