Al mencionar la palabra “ahorro”, la gente sonríe con ironía porque perdieron esa posibilidad durante los últimos tres años. Economistas confirman que entre las causas están los bajos salarios, inflación y desempleo. Tres amenazas que pulverizan el respaldo económico necesario para guardar dinero, con la intención de cumplir una meta, o para casos de emergencias o imprevistos. El presupuesto familiar se consume en los gastos básicos, especialmente en alimentación.
Jugar “bolsos”, dando varias cuotas quincenales y luego recibir la totalidad del dinero en el turno correspondiente, es una de las opciones que terminan de estrangular un presupuesto familiar. Lo ahorrado sólo alcanza para comprar algunos productos. Es un desafío porque la base de los ingresos se fija en un salario mínimo que actualmente equivale a $8. De manera que la gente buscar ganar ingresos extras, pero solo para intentar cubrir algunos productos básicos.
El ahorro es muy difícil para los venezolanos debido a las condiciones actuales. El economista Naudy Pereira, cuestiona que Venezuela tenga uno de los salarios mínimos más bajos, incluso inferior al de Haití. “Además que la inflación que ha pulverizado la capacidad de ahorro”, lamenta. Comenta que las cuentas de ahorro dejaron de ser útiles, porque se trata de un dinero que se va devaluando.
Precisa que una de las alternativas más viables es comprar divisas, guardar dólares en efectivo. Pero implica un gran esfuerzo, cuando no alcanza el ingreso familiar para los gastos regulares.
“No tiene sentido guardar en bolívares”, eso lo han entendido los venezolanos, según el economista Jhon Cisnero. Es difícil tener dinero disponible para resolver una emergencia.
Hay que unir varios sueldo
Aquellas familias que dependen de un ingreso sufren más precariedades. Gladis Durán es viuda y tiene dos hijos, pero el único salario formal es el de su primogénito. Hace todo lo posible para jugar bolsos de $25 quincenal.
Tratan de gastar solo lo estrictamente necesario
“Arroparse hasta donde alcance la cobija”, es el refrán que aplica Juan Piña, al confesar que se encuentra desempleado por el cierre de la sucursal donde trabajó por varios años. Confiesa que no pueden ahorrar y tener un gasto extra, siguen sacrificando gastos y reciben ayuda de familiares cercanos.
El economista Pereira se lamenta al considerar que el desempleo no baja de 40%, en la actualidad.
Muy pocos pueden ahorrar
Según el economista Pereira, el muy bajo salario condena a sobrevivir. Solamente una de cada 10 familias puede ahorrar. La pobreza es extrema cuando ni siquiera se puede satisfacer la alimentación.
El dinero no alcanza para atender la salud ni la recreación de la familia, elementos esenciales para una vida con calidad.
Para el economista Cisnero, Venezuela pasa por una etapa difícil que se agrava cuando no hay como satisfacer los gastos de diciembre. La familia se sacrifica e intenta cubrir lo más esencial, considerando la emoción de los hijos pequeños que demandan estrenar ropa o determinados juguetes, de acuerdo a la edad del niño.
Con información de La Prensa de Lara