Por: María Eugenia Hermoso
A 120 días del deslave de la quebrada Los Patos en Las Tejerías. Muchos fueron reubicados en otras zonas lejos de lo que fue un espacio de muerte y dolor, sin embargo, el recuerdo permanece y la herida latente tras continuar la vida con la ausencia de sus seres amados
“Ahora vivo en un apartamento, estoy céntrico y todo es muy bonito, pero no tengo a mis princesas”. Este es la frase que llega al alma cuando se conversa con Carlos Castillo, un hombre joven con mirada triste, fue reubicado en el complejo habitacional Antonio Ricaurte en Maracay luego de perder a su esposa y a sus dos hijas la noche del sábado 8 de octubre del 2022 en el deslave de las Tejerías.
Carlos recuerda esa noche y tras 120 días aún no se resigna a lo ocurrido. “Estábamos en la iglesia y nos dimos cuenta que el agua estaba entrando, decidimos sacar a los niños y a las mujeres por prevención, nadie sabía que venía destrucción. Yo subí a mi esposa y a mis hijas en una platabanda ya el rio se estaba llevando muchas cosas, pero no me imagine que vendría una segunda ola y arraso con todo y con todos. Entre esas personas estaba mi familia”
Sus hijas Catiana Castillo de 12 años, Camila Castillo de 8 y su compañera de vida por más de 20 años Yiris Milagros Gómez de 37 años no sobrevivieron, solo el cadáver de Yiris fue hallado y recibió cristiana sepultura justo cuando su hijo varón cumplía 14 años.
Era una familia de 6 integrantes, los varones sobrevivieron al no estar esa noche en la zona, hoy conviven con su papá y aun se preguntan ¿por qué? Entre tanto Carlos se aferra a la fe, comprende que sus muñecas ya no están y también ha disipado la esperanza de encontrar sus cuerpos.
“Todo tiene un propósito, es duro decirlo. Muchos me han llamado loco por creerlo así, pero si no hubiera tenido a Dios en mi corazón, no podría aguantar esta tristeza de haber perdido a mi familia, sin embargo, tengo paz, hice lo que pude para salvarlas ahora me toca crecer entre este dolor”
Son muchas las historias. Las Tejerías actualmente se levanta de tan irreparables perdidas, 36 muertos y 56 desaparecidos fue el saldo oficial, pero se cree que la perdida supera el centenar de almas.