Marcelo Antonio Larez González, de 21 años, quien estaba radicado en Sao Paulo, fue asesinado de un disparo en el pecho por el dueño de la residencia en la que vivía, Alberto Pimentel de Oliveira, de 41 años, debido a que presuntamente el joven se había atrasado en el pago del alquiler.
La prensa local apuntó que todo comenzó con discusión supuestamente motivada por una deuda de R$ 100 (US$ 19), se trataría del pago del alquiler del inmueble en el que fue asesinado.
El hecho ocurrió en Mauá, en el área metropolitana de São Paulo, el pasado 3 de febrero, sin embargo, los detalles del crimen se conocieron días después a través del Diario Do Grande.
Marcelo fue brutalmente asesinado por el dueño de la propiedad en la que vivía con su familia con un tiro en el pecho, en frente a su mujer y cuatro niños.
La versión de prensa señala que Pimentel de Oliveira, fue a cobrar un monto restante relacionado con la renta del espacio, el valor era de R$ 500 y ese mes la familia logró pagar solo R$ 400.
De acuerdo con la versión de la esposa de la víctima, la discusión se volvió mortalmente violenta cuando Marcelo afirmó que el dueño de la casa le debía al hermano de su esposa alrededor de R$ 300.
Mató al venezolano delante de su familia y huyó del lugar
Minutos después, Alberto disparó al inmigrante en el pecho y huyó de la escena. Sin embargo, fue detenido el pasado martes, mientras las autoridades cierran el caso. “La unidad está trabajando para finalizar la investigación y denunciarlo al Poder Judicial”.
Marcelo Antonio llegó a Brasil con apenas 19 años con muchos sueños y esperanza de mejorar su vida. Era un muchacho trabajador, se desempeñaba como ayudante de albañil para mantener a su esposa, Eliannis Del Vale, de 24 años, y a los cuatro hijos de la pareja.
“Vivimos allí durante ocho meses y nunca le dejamos de pagar, ni tuvimos ningún tipo de desacuerdo. A mi marido no lo mató por el dinero, lo mató porque quería», afirmó Eliannis.
Muy conmovida hace un llamado a las autoridades. «Lo único que quiero ahora es que se haga justicia. Marcelo era un buen hombre, que trabajó mucho para cambiar la realidad de nuestra familia”.
Relató que “cuando el asesino entró en nuestra casa, nunca imaginé que esto podría pasar. Murió delante de nuestros ojos. Es una escena que nunca olvidaremos, queremos que se quede en la cárcel y pague por quitarle la vida al padre de mis hijos”.
“Éramos felices y teníamos un futuro por delante”, dijo para finalizar.
Con información de Diario Do Grande.