La situación del mercado inmobiliario actualmente es compleja. El sector, al igual que la economía venezolana, ha dado mínimos indicios de poder despegar nuevamente, aunque sin mayor éxito debido a decisiones políticas que solo los que rigen este país pueden contribuir a “solventar”. Los venezolanos luchan en medio de la desidia para sobrevivir. La compra de alimentos es cada vez más limitada, ahorrar es una tarea titánica, alquilar o adquirir una vivienda parece una misión imposible para la mayoría.
Más allá de que se pueda generar confianza para poder invertir en bienes raíces, se necesitan cambios notables para que el impulso del sector sea mayor y existan posibilidades reales de poder lograrlo. La pregunta del millón es: ¿Es posible que ocurra? seconversó con Roberto Orta Martínez, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela para responder a las inquietudes sobre cómo se podría masificar un mercado que se ha mantenido a la espera por muchos años.
El estado actual del mercado inmobiliario en Venezuela se ha estancado debido a la falta de acceso a recursos. De acuerdo al abogado Roberto Orta Martínez, el sector se ha mantenido relativamente igual durante los últimos cuatro años, aunque en el segundo semestre de 2022 se empezaron a percibir leves aumentos de precios en algunas urbanizaciones de las principales ciudades del país, como: Caracas, Valencia, Barquisimeto o Lechería.
“Son aumentos muy leves que, tanto en volumen como en precios, no superan el 10 %. Inclusive en algunas urbanizaciones se percibe el aumento y en otras leves disminuciones de precios”, mencionó.
Para el presidente de la CIV, la razón es que actualmente no se disponen de créditos bancarios para la adquisición de inmuebles y todavía en temas de alquileres no se han dado reformas legales necesarias.
“Principalmente, pensamos que esos aumentos leves se dan después de la finalización de la pandemia donde hay mayor actividad comercial y eso evidentemente pueda reflejarse en algunos precios, por el mayor movimiento económico después de la pandemia”.
En cuanto al proceso de alquilar una vivienda, la opción representa solo el 5 % de la oferta pública en los portales inmobiliarios. Allí se evidencia que muchos no cumplen con lo establecido en la Ley de Arrendamientos de Vivienda, donde se estipulan varios procedimientos para poder arrendar.
“Esa ley también estableció un procedimiento de aspiración de canon que no es viable, visto que el Ministerio de Vivienda tenía que fijar el metro cuadrado de los inmuebles y eso no se hace desde el año 2002. La mayoría de las operaciones de alquileres que se están dando son prácticamente en una relación de confianza, ya que esta ley no da suficiente seguridad jurídica para que las personas alquilen masivamente”.
La solución a este problema que plantea Orta Martínez es una reforma de la ley para que los miles de inmuebles desocupados por venezolanos que viven en el exterior puedan ofertarse en alquiler y beneficien a la población con mayores opciones habitacionales.
Es necesario tomar en cuenta las múltiples crisis que enfrentó el país durante los últimos años, de hecho, aún persiste, lo que ha afectado significativamente al mercado inmobiliario. Pero, al mismo tiempo, es importante reconocer los planteamientos para mejorar la situación habitacional en Venezuela.
“Son tres leyes que nosotros estamos proponiendo cambiar: La Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, la Ley del Deudor Hipotecario, que también prohíbe constituir hipotecas en moneda extranjera, ya que con la inflación, se da un duro golpe a las hipotecas o préstamo hipotecario en bolívares, y no es factible; por último, la Ley contra la Estafa Inmobiliaria, que limita la construcción y promoción de proyectos de vivienda por parte del sector privado”.
El abogado destacó que esas tres leyes son necesarias reformarlas, aparte de realizar una exhaustiva revisión al tema de los aranceles de registro que actualmente resultan muy elevados. “Se hace cuesta arriba que las personas que compren inmuebles puedan pagarlos. Muchos registros calculan algún arancel muy elevado y evidentemente la gente desiste de la negociación al ver el costo”, apuntó.
Por otro lado, Roberto Orta aseguró que el mercado inmobiliario en Venezuela actualmente es atractivo para los inversionistas extranjeros, puesto que los precios son cerca de la tercera parte de lo que cuestan en el resto de Latinoamérica. Aún así, resaltó que los procedimientos para adquirir un inmueble en el país son extremadamente complejos.
“Estamos hablando de que un extranjero tendría que primero obtener una visa de transeúnte de negocios. Luego, acudir al Saime, después acudir al organismo militar de la zona donde esté interesado en comprar. Es un procedimiento engorroso y finalmente ir al registro público. Comparado con otros procesos de compra en Latinoamérica, el de Venezuela es engorroso”.
En relación con lo anteriormente expuesto, añadió: “Aparte de eso, el Saren estableció un registro de extranjeros que no permite después a la persona firmar sin que sea previamente habilitado por el Saren. Entonces, por toda esa cantidad de procesos burocráticos, hace difícil que los extranjeros se interesen en propiedades en Venezuela. Lo que nosotros estamos pidiendo es que se flexibilicen estos procedimientos para que haya mayor inversión de extranjeros en el área inmobiliaria”.
Para nadie es un secreto que el fuerte declive de la economía venezolana afecta la estabilidad del escenario inmobiliario, puesto que, si no existen créditos bancarios, la posibilidad de ahorro es casi imposible, la capacidad de compra es muy limitada para la mayoría, cubrir la cesta básica es muy cuesta arriba, evidentemente muchos se ven obligados a optar por los inmuebles al contado o simplemente es improbable concretar la compra.
“Lo que sí tenemos actualmente es un mercado secundario donde alguien vende un apartamento pequeño y compra uno más grande o donde alguien tiene uno grande y compra uno pequeño, o se muda de ciudad. Es un mercado secundario sin apalancamiento de la banca, que es lo que esperamos que se reactive en el corto y mediano plazo”, manifestó Orta.
Asimismo, Orta Martínez se mostró escéptico sobre el panorama del sector a mediano o largo plazo, en donde profundizó que un mejor desenvolvimiento está atado a que ocurran una serie de factores.
“Todo depende de la mejora de la economía del país, depende del retorno de los créditos bancarios, depende de que la Asamblea Nacional y del Ejecutivo Nacional hagan las reformas que requiere el sector. De eso va a depender un crecimiento del sector oficial de como se viene manejando o como viene desenvolviéndose en los últimos años”.
Por último, Roberto instó a aquellos que se mantienen en una lucha incesante para comprar o alquilar una propiedad en Venezuela a asesorarse con corredores certificados por la Cámara Inmobiliaria de Venezuela. También, acudir a compañías inmobiliarias que estén afiliadas a su organización, pues aseguró que cuentan con la preparación técnica ideal para ofrecer una buena asesoría.
“En el tema de compras, siempre es importante que haya una revisión de los documentos antes de reservar un inmueble y estar asesorado por un abogado que sea especialista en el área inmobiliaria de principio a fin en la negociación. Y en la parte del alquiler, igual, estar principalmente asesorado por un profesional inmobiliario certificado por la Cámara o una empresa afiliada a nuestra organización”, puntualizó.