Los problemas generalizados con el abastecimiento del combustible, particularmente en las zonas agrarias y los municipios rurales del interior, han vuelto a Venezuela desde hace semanas.
La circunstancia se enmascara gracias a la normalidad en el abastecimiento que reportan algunas ciudades grandes, como Caracas, Maracaibo y Valencia, pero se ha agravado particularmente en Oriente y la Isla de Margarita, en la región de Guayana, en muchos pueblos llaneros y en parte de los Andes venezolanos.
Esta nueva crisis se da en medio de los desfalcos millonarios a la estatal petrolera PDVSA.
La capacidad instalada interna de refinación de combustible es de 1,3 millones de bpd, pero solo opera alrededor de 11 % de esa capacidad, contando gasolina, diésel, fueloil, kerosén, etc. Eso hace que el mercado interno siga dependiendo de las importaciones de gasolina de Irán e India, indica el especialista.
Pero eso tampoco resuelve el problema, porque depende de la cantidad que envían y el tiempo que tarden en llegar los tanqueros.
Venezuela solo produce 62 % de lo que necesita el mercado interno de combustible. La escasez se acentúa en las regiones porque la mayoría de lo que se produce e importa se envía a las grandes ciudades.
En los municipios como Caroní y Piar, se mantiene la restricción del despacho de gasolina dolarizada y subsidiada a un sistema interdiario y por terminal de placa.
Durante 2022, las estaciones de servicio dolarizadas no presentaban largas colas. Incluso, en el municipio Angostura del Orinoco se eliminó la restricción de despacho según terminal de placa. Sin embargo, a finales de 2022 comenzó a fallar el despacho diario y con ello los avisos de la ZODI Bolívar notifican un día sí y otro no.
En las estaciones de servicio subsidiadas se deben marcar los vehículos días antes. Esos serán los que podrán echar gasolina el día que les corresponde. Para el marcaje se crearon canales en Telegram donde informan sobre el día, lugar y hora de cada estación. Pero a última hora podrían cambian las coordenadas, y ocasiona una carrera de conductores y colisiones los vehículos.
En el resto de los municipios es más crítica la situación. Pueden pasar 15 días y hasta meses sin que haya despacho regular de combustible en las estaciones, tanto subsidiadas como dolarizadas. Sin embargo, desde la carretera de Upata hacia el resto del sur, se observa en plena vía la venta de botellas y pimpinas con combustible.
De acuerdo con habitantes de estas zonas, cada litro lo venden de 2 dólares en adelante. Denuncian que las gandolas las desvían hacia las minas, donde pagarían en oro por el combustible. Además, en Tumeremo, aseguran que la gasolina la compran directamente a la Corporación Venezolana de Minería (CVM).
Con información de El País