Apenas siete u ocho unidades de autobuses de la empresa estatal Transaragua circulan en la actualidad, pero en 2022 contaba con 89 unidades medianamente operativas, para cubrir 27 rutas distribuidas en varios municipios del estado. También las rutas han disminuido.
De allí que por segunda vez en lo que va de año, los trabajadores de Transaragua decidieron denunciar lo que consideran “una pésima gestión” de su actual presidente, Ángel Gutiérrez, quien además, también funge como presidente del Terminal de pasajeros de Maracay.
Este señor está quebrando la empresa, aquí hay mucha corrupción y por eso pedimos la intervención de las autoridades, desde el presidente Maduro, el ministro de Transporte y la gobernadora Karina Carpio”, dice Elías Fernández, uno de los operarios de unidades.
En enero de 2023, cuando los trabajadores protestaban por las mismas razones, una comisión del Sebin se presentó en los terrenos que sirven de terminal en Maracay.
En aquella oportunidad, tras la presión laboral, lograron reunirse con el secretario de gobierno, Pedro Bellorin. Pero ningún cambio se produjo en la empresa desde entonces.
En esa fecha, denunciaban que Transaragua solo contaba con 13 autobuses medianamente operativos. Tres meses después, la flota se redujo a siete u ocho unidades en servicio.
Solo un autobús acordeón –explican los trabajadores– presta servicio en Maracay. Eran aproximadamente siete unidades de ese tipo.
De las 27 rutas que ofrecía Transaragua, apenas funcionan dos: la del Hospital Central de Maracay para el personal de salud y la de La Victoria. Si hay unidades disponibles, opera la de Palo Negro.
“Necesitamos que las autoridades metan el ojo a la empresa, porque además, las pocas unidades que quedan, las utilizan para excursiones y viajes privados que cobran en divisas”, denuncia otro trabajador.
Explica que los fines de semana, constantemente salen viajes para Ocumare o Choroní, por ejemplo, que son cobrados hasta en 250 dólares.
“Es mucha corrupción. A dónde va a parar ese dinero, porque a nosotros los operarios apenas nos pagan 20 dólares por esos viajes”, refiere este trabajador que pidió la reserva de su identidad por temor a represalias.
El dinero no se ve
Otra de las denuncias que formula es la obligación que tienen, luego de la faena diaria, de pagar 4000 bolívares ante la oficina de recaudación de la empresa.
Los casi 200 trabajadores quieren saber el destino de esos recursos, pues tampoco se traducen en beneficios laborales.
En 2018, el Consejo Legislativo de Aragua aprobó Bs. 2.034.913.594,66 para la construcción de un terraplén y base de pavimento del patio de maniobra, de un nuevo terminal ubicado en los terrenos del parque de ferias de San Jacinto en Maracay.
En 2021, el entonces presidente de la empresa, Richard Sanoja, hizo una inspección y anunciaba un avance del 65 %. Pero la obra sigue paralizada.
Mientras tanto, los operarios y trabajadores, así como los usuarios, deben resguardarse debajo de lo que queda de un viejo toldo.