Unicef ha emitido una alerta preocupante al informar que la cantidad de menores migrantes que cruzaron la selva del Darién entre enero y abril de este año se ha multiplicado por ocho en comparación con el mismo período del año pasado, alcanzando un récord de más de 25,000 niños y adolescentes. Estos migrantes llegaron a pie a las comunidades de acogida y a las estaciones temporales de recepción migratoria en la provincia panameña del Darién, donde reciben asistencia en términos de salud y alimentación.
Unicef resalta la necesidad de brindar atención y servicios vitales a estos menores que logran sobrevivir el peligroso tránsito por la selva del Darién. Esto incluye atención médica, acceso a agua potable, saneamiento e higiene, apoyo psicoemocional y servicios de protección, especialmente para aquellos que han experimentado violencia o que viajan solos.
La agencia de la ONU destaca que, gracias a los recursos proporcionados por el Gobierno de Estados Unidos y la Agencia Humanitaria y de Protección Civil de la Unión Europea, se está apoyando al Estado panameño en la provisión de servicios para la población migrante y las comunidades locales afectadas por la migración.
Unicef insta a la sociedad y al Estado a unirse en un esfuerzo conjunto para garantizar que todos los niños y niñas, independientemente de su origen o situación migratoria, puedan crecer en un entorno seguro, acceder a una educación de calidad, recibir atención médica adecuada y tener todas las oportunidades necesarias para alcanzar su pleno potencial.
América enfrenta una crisis migratoria sin precedentes, con miles de personas de países del sur del continente emprendiendo viajes irregulares hacia Estados Unidos. Este flujo migratorio también está alimentado por migrantes irregulares de otras partes del mundo.
En lo que va de este año, más de 157,000 personas han cruzado la peligrosa selva del Darién, que marca la frontera entre Panamá y Colombia y la entrada a Centroamérica desde el sur. Esta cifra supera los 109,293 que lo hicieron entre 2010 y 2019, y es casi cinco veces mayor que los 33,819 migrantes registrados en los primeros cinco meses de 2022.
La mayoría de estos migrantes provienen de Venezuela, Ecuador y Haití, aunque también hay personas procedentes de aproximadamente cincuenta países, incluyendo países de Asia, África y Europa. Son familias enteras que testimonian estar huyendo del hambre o la violencia, y creen que en Estados Unidos tendrán la oportunidad de cambiar su situación.
Actualmente, decenas de miles de migrantes se encuentran en ciudades mexicanas fronterizas con Estados Unidos, donde este último ha implementado cambios en su política migratoria en un intento por frenar el creciente flujo de personas que buscan asilo en el país.
El aumento drástico en el número de menores migrantes cruzando el Darién es una situación preocupante que requiere una atención inmediata. Unicef enfatiza la importancia de proporcionar los servicios esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar de estos niños y adolescentes.
La cooperación entre la sociedad y el Estado es fundamental para garantizar que todos los niños, sin importar su origen o situación migratoria, puedan tener un entorno seguro y acceso a oportunidades que les permitan desarrollarse plenamente. La crisis migratoria en América continúa creciendo, y es necesario abordar las causas subyacentes y buscar soluciones humanitarias y sostenibles.