El caso de Edgar José Veliz Gómez, un santero de 39 años de edad, ha conmocionado a la ciudad de Caracas. Se le acusa de haber violado y embarazado a una niña de tan solo 12 años mientras realizaba una supuesta limpieza espiritual en el sector Vista Alegra de la parroquia El Valle.
Abuso durante un ritual espiritual
Según la información recopilada, la madre de la víctima descubrió el terrible hecho cuando llevó a su hija al ginecólogo por dolores abdominales y se determinó que estaba embarazada de tres meses.
La niña, en un acto de valentía, confesó que el esposo de su prima abusó de ella durante una limpieza espiritual realizada en su propia casa.
El santero pasó una vela por el cuerpo de la niña y luego procedió a cometer el abuso sexual, dejando a la familia de la menor en estado de shock e indignación. Ante esta situación, la madre acudió al servicio de abordaje integral a víctimas de violencia de género para denunciar el aberrante acto.
Justicia en marcha
Tras intensas labores de investigación por parte del Ministerio Público, Edgar José Veliz Gómez fue detenido el pasado 8 de abril por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas.
La Fiscalía 90ª del Área Metropolitana de Caracas imputó al acusado por acto sexual con víctima especialmente vulnerable, demostrando así su compromiso en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y menores de edad.
Es fundamental que la sociedad y las autoridades se mantengan alerta ante este tipo de casos, garantizando la protección de las víctimas y la aplicación de la justicia de manera pronta y efectiva. Es responsabilidad de todos prevenir y denunciar cualquier forma de abuso, especialmente cuando se trata de la vulneración de los derechos de niños y niñas.
Resulta indispensable promover una cultura de respeto y tolerancia, educando en valores desde temprana edad para evitar que situaciones como la que vivió esta niña se repitan en el futuro. Es necesario que los padres y madres estén atentos a las señales de alerta y brinden un ambiente seguro y de confianza en el hogar, fomentando la comunicación abierta con sus hijos e hijas.
En conclusión, es imperativo erradicar la violencia y proteger a los más vulnerables de nuestra sociedad. Actuemos con determinación y solidaridad para construir un entorno seguro y libre de abusos para todas y todos.
