Según el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-UCAB), al menos 1.300 niños son víctimas de explotación laboral en las minas del estado Bolívar. Estos niños realizan trabajos peligrosos y agotadores, poniendo en riesgo su vida y su integridad física.
Trabajos extenuantes y peligrosos
Los niños son obligados a trabajar largas jornadas, superando las 12 horas, cargando pesos que no corresponden a su edad y laborando en espacios subterráneos y peligrosos dentro de las minas.
Muchos de ellos se desempeñan como operadores de machinas, una labor que implica manipular una máquina artesanal de alta peligrosidad utilizada en las actividades mineras.
Diversas formas de explotación
La explotación infantil se manifiesta de diversas maneras, incluyendo el trabajo forzoso, explotación laboral, explotación sexual, tráfico de personas, matrimonios y uniones tempranas, reclutamiento por grupos armados y hasta tráfico de órganos. Los niños se convierten en víctimas de esclavitud moderna en distintas dimensiones.
Realidad desgarradora de la explotación sexual
Según el CDH-UCAB, al menos 3.500 mujeres son víctimas de explotación sexual en Bolívar, de las cuales el 35% son niñas o adolescentes.
La situación es aún más alarmante al conocer que niñas de tan solo 7 años son explotadas sexualmente en esta región.
Normalización de la esclavitud infantil
Uno de los principales factores que perpetúa este problema es la normalización de la explotación infantil en la sociedad. La falta de conciencia y acción por parte de las autoridades competentes ha permitido que esta situación de vulnerabilidad persista en el tiempo, afectando gravemente a la niñez en el estado Bolívar.
Es imperativo que como sociedad tomemos conciencia de la grave realidad de la explotación infantil en las minas del estado Bolívar y trabajemos en conjunto para erradicar este flagelo. Es responsabilidad de las autoridades competentes implementar políticas públicas efectivas que protejan a los niños, niñas y adolescentes de estas prácticas abusivas.
La sociedad en su conjunto debe alzar la voz y denunciar cualquier caso de explotación infantil que se presente, brindando apoyo y protección a las víctimas. Es necesario un compromiso firme y acciones concretas para garantizar un futuro digno y seguro para la infancia en Bolívar. La lucha contra la explotación infantil debe ser una prioridad, no solo en el discurso, sino en la acción de todos los involucrados en la protección de los derechos humanos.