Enmanuel Idrogo Boada, un joven de 23 años, ha sido condenado a 10 años de prisión por el brutal asesinato del comerciante Oscar Alexander Mariño. El crimen, que tuvo lugar en el sector Sabana Linda de Puerto Ordaz, estado Bolívar, conmocionó a la comunidad local y resaltó la necesidad de justicia y seguridad en la región.
El 28 de abril de 2016, Enmanuel Idrogo Boada, junto con otros individuos, irrumpió en la residencia de Oscar Alexander Mariño en busca de una persona no identificada. Al no encontrarla, los atacantes desataron su violencia sobre Mariño, golpeándolo repetidamente con piedras hasta causarle la muerte. Tras cometer el homicidio, los agresores huyeron del lugar, dejando a la comunidad consternada por la brutalidad del acto.
Inmediatamente después del crimen, los familiares de Mariño notificaron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC). Los funcionarios del CICPC se trasladaron al lugar del asesinato para iniciar las investigaciones. Las diligencias realizadas, bajo la coordinación del Ministerio Público, permitieron la captura de Idrogo Boada en las cercanías del sector Sabana Linda. La rápida respuesta de las autoridades y la colaboración de la comunidad fueron cruciales para la detención del principal sospechoso.
Durante el juicio, la Fiscalía 11ª del segundo circuito de la jurisdicción presentó una acusación contundente contra Idrogo Boada, calificando el delito como homicidio intencional por motivos fútiles e innobles. Los elementos de prueba presentados por la representación fiscal incluyeron testimonios y evidencia material que vinculaban directamente al acusado con el crimen. El Tribunal 6° de Juicio de Puerto Ordaz, tras evaluar los argumentos y pruebas, dictó la condena de 10 años de prisión para Idrogo Boada, quien cumplirá su sentencia en el Centro Penitenciario de Oriente, conocido como El Dorado.
El homicidio de Oscar Alexander Mariño tuvo un profundo impacto en la comunidad de Puerto Ordaz. La violencia del crimen y la pérdida de un comerciante respetado dejaron una marca indeleble en los residentes de Sabana Linda. La sentencia de Idrogo Boada, aunque vista como un paso hacia la justicia, también destaca las continuas preocupaciones sobre la seguridad y la necesidad de medidas más efectivas para prevenir la violencia en la región.
La condena de Enmanuel Idrogo Boada representa un avance en la búsqueda de justicia para la familia de Oscar Alexander Mariño y la comunidad de Puerto Ordaz. Sin embargo, es fundamental que las autoridades continúen fortaleciendo los mecanismos de seguridad y justicia para prevenir futuros actos de violencia. Se recomienda incrementar la presencia policial en áreas vulnerables, implementar programas de prevención de la delincuencia y fomentar la colaboración comunitaria para asegurar un entorno más seguro para todos los ciudadanos. Además, es esencial proporcionar apoyo psicológico a las víctimas y sus familias para ayudarlas a superar el trauma y reconstruir sus vidas.
