El pasado lunes, el joven venezolano Ángel Mora perdió la vida tras ser brutalmente golpeado en Guanare, estado Portuguesa, un reflejo de la violencia. La agresión ocurrió el 29 de julio durante una manifestación contra los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Un reflejo de la violencia en las manifestaciones
Las manifestaciones en Venezuela han sido escenario de constantes enfrentamientos entre ciudadanos y fuerzas del orden. En esta ocasión, Ángel Mora se convirtió en una de las víctimas más recientes de esta ola de represión.
Durante la protesta, los cuerpos de seguridad emplearon una fuerza desmedida, resultando en una golpiza tan severa que dejó a Mora irreconocible, según informó María Oropeza, líder de Vente Venezuela en Portuguesa. Esta brutalidad no es un caso aislado, sino parte de un patrón recurrente en las movilizaciones sociales del país.
La muerte de Mora no pasó desapercibida. La organización “Resistencia sin Frontera” utilizó su cuenta en X (anteriormente Twitter) para condenar el ataque, señalando: “Esta es la política de Estado: represión, desaparición forzosa, persecución, encarcelamiento y asesinatos políticos a quienes piensan distinto y luchan por la libertad”.
Estas declaraciones subrayan la gravedad de la situación y la sistemática violación de derechos humanos que enfrentan los ciudadanos que se atreven a alzar su voz contra el régimen.
Impacto en la comunidad y la familia
La noticia de la muerte de Ángel Mora ha causado una profunda consternación en su comunidad y ha devastado a su familia. Según María Oropeza, la familia de Mora está no solo destrozada por la pérdida, sino también aterrorizada por posibles represalias.
Este miedo no es infundado, ya que en el contexto venezolano, las familias de los manifestantes suelen ser blanco de intimidaciones y hostigamientos. La tristeza y el temor se entrelazan, creando un ambiente de desesperanza y desprotección entre los afectados.
La muerte de Mora ha resonado más allá de las fronteras de Venezuela. Estos llamados buscan no solo justicia para Mora y su familia, sino también la implementación de medidas que garanticen la protección de los derechos de los manifestantes.
La trágica muerte de Ángel Mora es un reflejo de la violencia que imperan en Venezuela. Este caso resalta la necesidad urgente de reformas profundas en las políticas de seguridad del país, así como la implementación de mecanismos efectivos para proteger los derechos humanos de los ciudadanos.
Es crucial que tanto el gobierno venezolano como la comunidad internacional trabajen juntos para poner fin a estos abusos y garantizar justicia para las víctimas. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido se podrá construir un futuro en el que los venezolanos puedan ejercer sus derechos sin temor a represalias, y en el que la libertad y la justicia prevalezcan.
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— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) August 5, 2024