El sector lechero en los municipios fronterizos de Venezuela enfrenta una crisis que amenaza su supervivencia. A los desafíos propios del clima y la falta de financiamiento se suma un problema más complejo: el contrabando de productos lácteos desde Colombia. Carlos Pacheco, presidente de la Asociación de Ganaderos de la Frontera (Asogafront), señala que el contrabando está afectando tanto a productores como a industriales venezolanos, quienes ven disminuidas sus ventas frente a la oferta ilegal de leche colombiana.
Contrabando desde Colombia
El contrabando de leche UHT (Ultra High Temperature), traída desde Colombia, ha generado una competencia directa con la producción local de leche cruda y pasteurizada en Venezuela. Esta leche de larga duración, que no siempre cumple con los estándares de calidad, se distribuye de manera ilegal en el país, afectando seriamente las ventas de los productores venezolanos. “Esa leche UHT, que viene siendo de todo menos leche, compite fuertemente con los industriales de acá”, afirmó Pacheco.
Además, algunos productos lácteos de contrabando son reenvasados y etiquetados como si fueran de origen colombiano, lo que les da una apariencia de legitimidad, pero en realidad afectan negativamente a la industria local. Esta situación crea un mercado paralelo que perjudica a los productores nacionales, quienes no pueden competir en igualdad de condiciones.
Precios y ventas en declive
El precio de la leche en la frontera es otro factor que agrava la crisis. Los productores artesanales reciben entre 0.47 y 0.49 centavos de dólar por litro, mientras que la industria formal paga alrededor de 0.56 centavos de dólar. Sin embargo, la disminución del poder adquisitivo de la población ha empujado a muchos productores a vender sus productos de forma directa en las calles, sin cumplir con las condiciones higiénicas adecuadas.
Pacheco también señaló que, debido a la falta de compradores en la industria formal, la mayoría de los productores prefieren vender su leche a queseros artesanales. Esta situación ha generado una baja en los precios de la leche a “puerta de corral”, afectando a pequeños y medianos productores, quienes dependen de estos ingresos para sobrevivir.
Obstáculos en la vialidad y falta de financiamiento
La producción lechera en Venezuela también enfrenta dificultades logísticas. Las malas condiciones de las vías rurales dificultan la distribución de la leche y otros productos lácteos. Los compradores, ya sean motorizados o industriales, tienen dificultades para acceder a las fincas debido a la falta de infraestructura adecuada. Este problema limita la capacidad de los productores para vender sus productos y mantenerse competitivos.
A esto se suma la falta de financiamiento. Según Pacheco, el poco apoyo financiero disponible en Venezuela es a corto plazo, lo que no es viable para el desarrollo de la producción agrícola, especialmente en el sector lechero. La falta de crédito a largo plazo limita la capacidad de los productores para invertir en mejoras, tanto en sus procesos productivos como en la infraestructura necesaria.
El contrabando: Una situación que requiere soluciones urgentes
La combinación de contrabando, bajos precios, mala infraestructura y falta de financiamiento ha puesto al borde del colapso a la producción lechera en los municipios fronterizos de Venezuela. Los productores locales, afectados por la competencia desleal y las precarias condiciones de trabajo, necesitan apoyo gubernamental y soluciones efectivas para salir de esta crisis. Sin una respuesta rápida y contundente, el futuro del sector lácteo venezolano corre el riesgo de verse gravemente comprometido.