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FMI prevé crecimiento del 3 % para Venezuela en 2024 y 2025

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado sus previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe, destacando que Venezuela registrará un crecimiento del 3 % en 2024 y 2025. Estas cifras, aunque positivas, representan una desaceleración respecto al 4 % alcanzado en 2023. Este informe económico subraya un escenario de crecimiento moderado en toda la región, donde la economía venezolana parece estabilizarse en medio de un entorno global incierto y desafíos internos persistentes.

Crecimiento moderado para Venezuela

El reciente informe del FMI proyecta que la economía venezolana crecerá un 3 % tanto en 2024 como en 2025, marcando un ritmo más estable que en años anteriores. Después de un crecimiento del 4 % en 2023, el pronóstico refleja un leve enfriamiento de la actividad económica, aunque sigue siendo un resultado positivo en comparación con otros países de la región. A pesar de las dificultades económicas que han afectado al país en la última década, estas cifras sugieren una recuperación gradual impulsada por sectores clave de la economía.

El crecimiento proyectado en Venezuela se debe, en gran parte, a una mejora en las exportaciones de petróleo y una leve recuperación del consumo interno. Sin embargo, el FMI advierte que esta mejora podría estar condicionada por factores externos, como los precios internacionales del crudo, y por las políticas económicas internas que deben mantenerse para asegurar una estabilidad a largo plazo.

Comparación con otros países de la región

El informe también analiza la situación de otras economías latinoamericanas y caribeñas. Países como Brasil y México, que son los principales motores económicos de la región, presentan variaciones en sus proyecciones. Para Brasil, el FMI ha elevado su previsión de crecimiento para 2024 al 3 %, debido a un aumento en el consumo privado y la inversión. Sin embargo, en el caso de México, las expectativas son menos optimistas, con una reducción en la previsión de crecimiento al 1,5 %, atribuida a la desaceleración de la demanda interna.

En comparación, Venezuela se posiciona con un crecimiento moderado, pero constante, lo que contrasta con las cifras de otras economías que enfrentan retrocesos. Países como Argentina, que en 2024 experimentará una contracción del 3,5 %, o Colombia, con un crecimiento proyectado del 1,6 % para ese mismo año, muestran panoramas más desafiantes.

Impacto en la inflación regional

El FMI también abordó las tasas de inflación en la región, las cuales han mostrado una tendencia a la baja después de picos históricos. En general, se espera que la inflación en Latinoamérica disminuya significativamente en los próximos años. El informe prevé que la inflación regional, que en 2023 alcanzó el 14,8 %, se reducirá al 8,5 % para 2025. Esta moderación en los precios es un buen augurio para la estabilidad económica, aunque persisten riesgos asociados a factores globales y domésticos.

Para Venezuela, este descenso en la inflación podría ser una señal de alivio en medio de un entorno económico complicado, proporcionando a la población un respiro tras años de hiperinflación. Sin embargo, los desafíos para mantener la estabilidad en los precios aún son grandes, y dependerán de las políticas fiscales y monetarias implementadas por el gobierno.

Perspectivas futuras para Venezuela

El FMI subraya la importancia de las políticas económicas responsables para mantener el crecimiento proyectado en Venezuela. Aunque la cifra del 3 % es alentadora, el país sigue enfrentando una serie de desafíos que podrían frenar su recuperación, como la dependencia del petróleo y las tensiones geopolíticas. Las reformas estructurales y la diversificación económica son fundamentales para que el crecimiento sea sostenible y para que la economía venezolana pueda enfrentar los desafíos globales con mayor solidez.

En conclusión, el crecimiento del 3 % proyectado por el FMI para Venezuela en 2024 y 2025 es una señal de que la economía está en camino de estabilizarse. Sin embargo, este avance dependerá en gran medida de factores externos e internos que influirán en la capacidad del país para mantener su recuperación económica.