El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha identificado a más de 600 migrantes que podrían estar relacionados con el Tren de Aragua, una peligrosa pandilla de origen venezolano. De estos individuos, cerca de 100 han sido confirmados como miembros de la organización y recomendados para ser incluidos en una lista de vigilancia del FBI. Este hallazgo ha despertado preocupación entre las autoridades estadounidenses, que ven cómo la influencia del Tren de Aragua se extiende más allá de las fronteras venezolanas.
Crecimiento del Tren de Aragua en EE.UU.
El Tren de Aragua, que ha consolidado su poder en Venezuela y otros países de América Latina, ha comenzado a ganar terreno en los Estados Unidos. La pandilla ya tiene una presencia conocida en 15 estados del país y una posible influencia en otros ocho. Según las autoridades, los delitos asociados a este grupo incluyen tráfico sexual y actos de violencia, como el tiroteo de dos agentes de policía en Nueva York.
La falta de cooperación del gobierno venezolano en compartir antecedentes penales complica el proceso de identificación de miembros de la pandilla. Venezuela no proporciona información sobre los inmigrantes que cruzan a Estados Unidos, lo que dificulta a las autoridades saber quiénes podrían estar involucrados con el Tren de Aragua.
El desafío para las autoridades
Determinar cuántos miembros del Tren de Aragua se han infiltrado en Estados Unidos es una tarea ardua. Según expertos en seguridad, el número de 600 individuos identificados podría ser solo una pequeña fracción de los miembros reales presentes en el país. Frank Figliuzzi, exdirector adjunto de contrainteligencia del FBI, considera que la falta de información fiable podría hacer que la cifra sea mucho mayor.
A pesar de esto, las autoridades aseguran que el Tren de Aragua aún no ha alcanzado los niveles de organización y sofisticación de otras pandillas que operan en Estados Unidos, como la MS-13 o Barrio 18. Sin embargo, su creciente influencia y expansión preocupan tanto a funcionarios locales como federales.
La respuesta del gobierno estadounidense al Tren de Aragua
Desde octubre de 2022, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha arrestado a más de 100 personas vinculadas al Tren de Aragua, de las cuales 75 fueron detenidas por violaciones de inmigración. Las autoridades han establecido operativos para identificar y procesar a los miembros de esta pandilla. Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) afirmó que cualquier persona sospechosa de estar involucrada con la organización es sometida a un proceso penal o a deportación acelerada.
El problema, sin embargo, se agrava por la negativa de Venezuela a aceptar de vuelta a sus ciudadanos deportados, lo que obliga a las autoridades estadounidenses a liberar a algunos detenidos tras cumplir condena. Esta situación añade una capa de complejidad a los esfuerzos por contener la expansión de la pandilla en suelo estadounidense.
El impacto en la campaña política
El tema del Tren de Aragua ha llegado a la campaña presidencial de Estados Unidos, donde figuras como el expresidente Donald Trump han mencionado a la pandilla en sus discursos. Trump afirmó que los miembros del Tren de Aragua han “invadido” Aurora, Colorado, aunque las autoridades locales desmintieron esta declaración, señalando que los problemas de criminalidad en la ciudad no están directamente vinculados a la pandilla.
Aunque el Tren de Aragua está ganando visibilidad, muchos expertos coinciden en que la mayoría de las víctimas de esta organización son inmigrantes venezolanos. Según un funcionario del DHS, el Tren de Aragua controla rutas de tráfico de personas desde Venezuela hacia Colombia, Panamá y, eventualmente, Estados Unidos, aprovechándose de la desesperación de quienes huyen de su país de origen.
El avance del Tren de Aragua en Estados Unidos representa un reto significativo para las autoridades migratorias y de seguridad del país. Aunque la organización aún no alcanza los niveles de sofisticación de otras pandillas transnacionales, su expansión y los delitos asociados están generando preocupación. El futuro de la lucha contra este grupo dependerá de la capacidad de las autoridades estadounidenses para mejorar la inteligencia y la cooperación internacional, especialmente con Venezuela. Mientras tanto, los migrantes venezolanos continúan siendo las principales víctimas de esta peligrosa organización.