En los últimos años, el envío de remesas ha sido una salvación para miles de familias venezolanas que, en medio de la crisis económica, dependen del dinero que sus seres queridos envían desde el exterior. Sin embargo, a pesar de que cada vez se envían más recursos, la alta inflación y la depreciación de la moneda hacen que este apoyo financiero rinda cada vez menos.
Las remesas: un salvavidas económico en tiempos de crisis
Desde 2017, el envío de remesas se ha convertido en una fuente de ingresos crucial para los hogares en Venezuela. La migración de millones de venezolanos hacia países como Colombia, Perú, Estados Unidos y España ha impulsado esta tendencia, buscando que sus familias en Venezuela puedan tener un ingreso extra ante la falta de oportunidades locales.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, el 35 % de los hogares venezolanos reciben remesas de forma regular o esporádica, y este flujo de dinero representa una fuente clave de sustento para miles de personas.
Una ayuda que no alcanza: inflación y depreciación del bolívar
A pesar del crecimiento en el envío de remesas, su impacto real en la economía venezolana se ve reducido por la constante inflación y la pérdida de valor del bolívar. Actualmente, la cantidad promedio que recibe una familia es de unos 65 dólares mensuales.
Aunque representa una ayuda importante, el aumento de precios en bienes y servicios en Venezuela hace que este monto cubra cada vez menos necesidades. La dependencia de las familias en las remesas ha aumentado, pero también lo ha hecho el desafío de hacer rendir ese dinero en un contexto de economía inestable.
Canales informales y la reapertura de casas de cambio
Durante la última década, las distorsiones económicas impulsaron la creación de canales informales para la compra y venta de divisas en Venezuela. Plataformas como WhatsApp e Instagram se convirtieron en métodos alternativos para el envío de remesas. Sin embargo, en los últimos años, el mercado ha cambiado con la reapertura de casas de cambio, que ofrecen una vía más segura y formal para el intercambio de divisas.
Esto ha facilitado que los venezolanos en el exterior puedan enviar dinero a sus familias con menos intermediarios y, en muchos casos, a mejores tasas de cambio.
Perspectivas de crecimiento en el envío de remesas
Se espera que el envío de remesas a Venezuela continúe creciendo. Aldo Contreras, economista y asesor financiero, estima que para finales de 2024 el país habrá recibido cerca de 4.500 millones de dólares en remesas, un incremento del 33 % respecto a 2023. Este aumento está vinculado al crecimiento de la diáspora venezolana, que, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ha alcanzado los 7,7 millones de personas para el año en curso.
La emigración, impulsada por la falta de oportunidades, ha creado un ciclo en el que el envío de dinero desde el exterior es una necesidad para los familiares que permanecen en Venezuela.
Impacto limitado en la economía venezolana
Aunque el volumen de remesas es significativo, su efecto sobre la economía es aún limitado. Manuel Sutherland, del Centro de Investigación y Formación Obrera (Cifo), señala que las remesas por sí solas no impulsan un crecimiento económico sólido debido a las distorsiones cambiarias y la falta de políticas económicas estables. Para que el dinero enviado desde el extranjero tenga un impacto más duradero en la economía, se requiere una estrategia de desarrollo que permita reducir la inflación y mejorar las oportunidades en el mercado local.
