El régimen de Bashar Al-Asad llegó a su fin tras una ofensiva insurgente que tomó Damasco y puso término a 53 años de gobierno de la familia Asad. Los rebeldes declararon la ciudad “libre”, mientras el presidente huyó hacia un destino incierto. Este evento marca un punto de inflexión en la historia de Siria, con un país que encara un futuro incierto tras décadas de conflicto.
Una ofensiva imparable contra Al-Asad
La caída del gobierno sirio comenzó el 27 de noviembre con una ofensiva fulminante que en solo diez días derrumbó las defensas del régimen. Grupos insurgentes liderados por Hayat Tahrir Al-Sham (HTS) tomaron primero Alepo, seguido de Hama y Homs. Finalmente, Damasco sucumbió tras una rápida sucesión de ataques que dejaron al gobierno sin capacidad de respuesta.
El líder de HTS, Hassan Abdul-Ghani, celebró la victoria declarando a Damasco “libre del tirano Bashar Al-Asad” e hizo un llamado a los desplazados para regresar a una “Siria liberada”.
Huida del presidente Al-Asad
Según informes del Observatorio Sirio de Derechos Humanos y datos del sitio web Flightradar, Bashar Al-Asad abandonó la capital en un avión poco antes de que los insurgentes tomaran control total de la ciudad. La aeronave se dirigió inicialmente hacia la región costera, considerada un bastión alauita, pero posteriormente desapareció de los radares tras cambiar abruptamente su rumbo.
Este acto selló la rendición tácita del régimen, mientras las fuerzas armadas oficialistas ordenaban a sus tropas cesar las hostilidades y entregarse.
Jubilo y esperanza en las calles
En medio de la incertidumbre, miles de personas en Damasco salieron a las calles para celebrar el fin del régimen. Gritos de “Libertad” resonaron en las principales plazas de la ciudad, mientras los insurgentes liberaban a los prisioneros detenidos durante años.
Testigos describen un ambiente de esperanza entre los ciudadanos tras cinco décadas de dominio de la familia Al-Asad.
Reacciones internacionales
La caída del régimen de Al-Asad genera repercusiones internacionales. Mientras algunos países observan con cautela, otros manifiestan su apoyo a los insurgentes en su búsqueda de un gobierno más representativo.
Sin embargo, el control del territorio por parte de grupos islamistas y proturcos genera preocupación sobre el futuro político y la estabilidad de la región.
Hacia un futuro incierto
El fin del régimen no garantiza la paz para Siria. La coalición insurgente enfrenta el desafío de gobernar un país devastado por la guerra y fragmentado por divisiones étnicas y religiosas. Además, la reconstrucción económica y social requerirá un esfuerzo monumental.
La caída del gobierno de Bashar Al-Asad representa un momento histórico para Siria. Sin embargo, el camino hacia una nación pacífica y unificada será largo y complejo. Mientras las facciones insurgentes celebran su victoria, el pueblo sirio enfrenta un futuro lleno de incertidumbres, pero también de posibilidades para reconstruir su país tras décadas de opresión y conflicto.
🔴 #URGENTE | Rebeldes sirios en cadena nacional: “La ciudad de Damasco ha sido liberada, el tirano Bashar al-Assad ha sido derrocado y todos los prisioneros detenidos injustamente han sido liberados”. pic.twitter.com/rDgQlNnqa1
— Mundo en Conflicto 🌎 (@MundoEConflicto) December 8, 2024