La acuicultura, una actividad que combina la sostenibilidad con la producción alimentaria, se perfila como una solución innovadora para enfrentar los desafíos alimentarios y económicos del mundo actual. En Venezuela, esta industria aún está en su etapa inicial, pero con iniciativas como las lideradas por Sandro Escalona, director de Aprisco Aguasanta, se está sentando la base para su crecimiento.
Escalona ha destacado la importancia de fomentar la comercialización de peces vivos, una práctica que, aunque novedosa en Caracas, es común en Asia y representa un enfoque orientado a la salud del consumidor. Sin embargo, el camino hacia un desarrollo pleno de la acuicultura en el país requiere más inversión, educación y compromiso.
La comercialización de peces vivos: la acuicultura
En Caracas, la venta de peces vivos está generando interés entre los consumidores, quienes buscan alimentos frescos y saludables.
Según Sandro Escalona, esta práctica tiene el potencial de revolucionar el mercado alimentario en Venezuela, al ofrecer productos de calidad y fomentar hábitos de consumo más saludables.
El empresario también aclaró una controversia en redes sociales relacionada con la especie que se comercializa.
Se trata de un híbrido conocido como Pargo Cerezo o Tilapia Unam, una especie que combina características nutricionales destacadas con una alta adaptabilidad a diferentes entornos.
Este enfoque, asegura Escalona, no solo beneficia al consumidor, sino que también promueve prácticas más sostenibles en la industria alimentaria.
El potencial de la acuicultura en Venezuela
A pesar de las condiciones naturales ideales que tiene el país para el desarrollo de la acuicultura, esta actividad sigue siendo poco explorada.
Escalona enfatiza que Venezuela cuenta con vastos recursos hídricos y climáticos que podrían posicionarla como un líder regional en esta industria.
Sin embargo, para lograr este objetivo, es fundamental fomentar la inversión en infraestructura y tecnología, así como establecer programas educativos que capaciten a nuevos profesionales en este campo.
Escalona destaca que la falta de conocimiento técnico es uno de los principales obstáculos para el crecimiento de la acuicultura en el país.
Iniciativas para impulsar el sector acuícola
Desde Aprisco Aguasanta, se están llevando a cabo iniciativas clave para promover la acuicultura en Venezuela.
Una de las más ambiciosas es la creación de la primera escuela de acuicultura, un proyecto que busca formar a una nueva generación de especialistas en esta disciplina.
Además, la empresa está trabajando en colaboración con institutos de alta cocina para desarrollar recetas innovadoras utilizando la tilapia híbrida.
Esta alianza no solo busca diversificar las opciones gastronómicas disponibles, sino también sensibilizar a los consumidores sobre los beneficios de incluir productos acuícolas en su dieta.
Un futuro prometedor para la acuicultura
Sandro Escalona afirma con convicción que el futuro de la alimentación y el desarrollo económico de Venezuela está en la acuicultura.
Este sector tiene el potencial de generar empleo, garantizar la seguridad alimentaria y contribuir al crecimiento sostenible del país.
Sin embargo, para que este potencial se materialice, es esencial que tanto el sector público como el privado trabajen en conjunto.
La creación de políticas que incentiven la inversión, el establecimiento de programas educativos y el fortalecimiento de la infraestructura son pasos fundamentales para consolidar esta industria emergente.
El desafío de construir un sector sólido
El camino hacia un desarrollo robusto de la acuicultura en Venezuela está lleno de desafíos, pero también de oportunidades.
Es imperativo que se establezcan alianzas estratégicas entre el gobierno, las empresas y las instituciones educativas para superar las barreras existentes.
Recomendamos a las autoridades priorizar políticas públicas que impulsen esta actividad y ofrezcan incentivos fiscales a los emprendedores del sector.
Asimismo, instamos a los empresarios a continuar innovando y explorando nuevas formas de llegar al consumidor, mientras que las instituciones educativas deben comprometerse con la formación de talento especializado.
Solo con un esfuerzo conjunto, la acuicultura podrá convertirse en un pilar clave para el desarrollo económico y social de Venezuela.
