La travesía a través de la selva del Darién, conocida como una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, ha registrado un notable descenso en 2024. Esta reducción se debe a las nuevas políticas implementadas por Panamá y Colombia, así como al temor por las posibles restricciones migratorias que traerán la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Sin embargo, los riesgos y desafíos para los migrantes persisten, mientras surgen nuevas rutas que buscan ordenar los controles fronterizos.
Una caída significativa en las cifras migratorias
Durante 2024, el flujo de migrantes que cruzan el Darién se redujo en un 40%, según datos oficiales panameños.
En contraste con el récord histórico de 520.000 personas en 2023, este año se contabilizaron alrededor de 300.000. Las autoridades panameñas atribuyen esta reducción a políticas como la clausura de pasos no autorizados y acuerdos bilaterales para la deportación. Sin embargo, el desafío sigue latente, especialmente para los más vulnerables.
Colombia refuerza medidas en la frontera norte por las rutas migratorias
Por primera vez desde el aumento migratorio que comenzó con la pandemia, Colombia ha implementado acciones más organizadas. Migración Colombia introdujo el formulario de Tránsito Seguro, un requisito para los migrantes que desean cruzar el golfo de Urabá.
Aunque esta medida busca controlar el flujo, algunos la ven como un obstáculo adicional. La Cruz Roja, por su parte, continúa liderando esfuerzos humanitarios en una región con escasos recursos médicos y sociales.
Emergen rutas alternativas en el Caribe
Ante las restricciones y peligros del Darién, algunos migrantes han optado por nuevas rutas que incluyen el archipiélago de San Andrés y Providencia hacia Nicaragua o lanchas rápidas desde el golfo de Urabá hasta Costa Rica.
Estas opciones, aunque más costosas, permiten evitar los riesgos de la selva, como crecidas de ríos, robos o ataques de fauna salvaje, además de las sanciones impuestas por Panamá a quienes ingresan de manera irregular.
La sombra de Trump y su impacto en la región
El regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos genera incertidumbre en la dinámica migratoria.
Las propuestas restrictivas del expresidente, junto con la postura de mano dura del mandatario panameño José Raúl Mulino, podrían soportar aún más las condiciones para quienes buscan llegar al norte. Mulino, incluso, ha llegado a proponer la construcción de un muro en el Darién, alineándose ideológicamente con Trump en temas migratorios.
Una crisis humanitaria sin resolver
Aunque las cifras han bajado, la crisis humanitaria en torno al Darién sigue siendo preocupante. Las localidades en ambos lados de la frontera carecen de infraestructura básica, como hospitales o refugios. Además, millas de migrantes continúan enfrentándose a condiciones precarias mientras buscan recursos para continuar su viaje. Las organizaciones humanitarias insisten en que la coordinación entre países es crucial para abordar el problema desde una perspectiva regional.
La disminución en el número de migrantes por el Darién en 2024 es un reflejo de políticas más estrictas y cambios en las rutas migratorias. Sin embargo, los riesgos y desafíos persisten, mientras el panorama se complica con las tensiones políticas y humanitarias en la región. La búsqueda de soluciones sostenibles sigue siendo un reto para todos los actores involucrados.