Los aspectos que motivaron la decisión de clausurar la Casa Hogar Mercedes de Jesús Molina de Barinas, permanecen en reserva por las hermanas Marianitas, pero las 18 niñas que estaban internadas en esta institución fueron enviadas a sus hogares de origen y deberán asumir un nuevo rumbo en sus vidas.
La madre Mirla no está bien. Su ánimo lo sostiene la obediencia que define su camino de fe ante la medida inmediata de la congregación de cumplir una misión en otro lugar, pero no puede esconder que le preocupa el futuro de las niñas internas, quienes vivían bajo su tutoría y cuidados.
La religiosa tiene claro que las internas llegaron a la casa hogar, porque el entorno donde vive su familia representa un “alto riesgo”. Unas eran del sector Los Guasimitos, otras de Santa Inés, y en el albergue religioso aprendían manualidades, se desarrollaban bajo un esquema de educación integral, pero ahora todo cambiará.
Las personas más afectadas por la clausura de la casa hogar son las niñas, y la situación preocupa también a familiares, colaboradores y comunidad en general, que durante los 56 años que funcionó en Barinas, fue ejemplo de humanidad, educación y fe.
La infraestructura seguirá abierta como Escuela Básica Mercedes de Jesús Molina, que dirige una docente y dependerá del sistema de educación.
Con información de La Patilla