En Venezuela, la crisis alimentaria podría agravarse debido a la aparición de un hongo resistente que afecta a las plantas de banano y plátano, cultivos fundamentales para la seguridad alimentaria en el país. Según grupos de productores y una agencia de Naciones Unidas, esta nueva amenaza se suma a la difícil situación que ya enfrenta Venezuela, con 6,5 millones de personas padeciendo hambre.
La presencia del hongo Fusarium tropical raza 4 en diferentes estados venezolanos, las consecuencias para los agricultores y el impacto en la crisis alimentaria.
Propagación del hongo fusarium
El hongo Fusarium tropical raza 4 ha sido detectado en los estados centrales de Aragua, Carabobo y Cojedes. Aunque el Instituto Nacional de Sanidad Agraria de Venezuela confirmó oficialmente su presencia en enero, los productores y expertos sostienen que existen indicios de la presencia del hongo desde hace años y temen su rápida propagación.
Agricultores como Tomás Malavé y Gregory Gamboa han sufrido las consecuencias del hongo fusarium en sus cultivos de plátano. Malavé señala que alrededor del 15% de sus plantas están afectadas, y a lo largo de los años ha probado diferentes remedios sin conocer exactamente la causa de la enfermedad.
Gamboa, por su parte, perdió la mayoría de sus plataneras hace varios años y ahora se dedica a otros cultivos. Esta situación representa un golpe económico significativo para los agricultores y afecta su capacidad para proporcionar alimentos.
Agravamiento de la crisis alimentaria
Venezuela ya enfrenta una larga crisis económica, y según un informe de las Naciones Unidas del año pasado, casi el 23% de la población sufre de hambre. Las familias en situación de vulnerabilidad dependen tanto del banano como del plátano como fuentes económicas y alimentos básicos.
Sin embargo, el impacto del hongo fusarium amenaza con reducir la disponibilidad y elevar los precios de estas frutas, lo que agrava la crisis alimentaria en el país.
La aparición del hongo fusarium en los cultivos de banano y plátano en Venezuela constituye una amenaza adicional a la crisis alimentaria que ya enfrenta el país.
La propagación de este hongo resistente pone en riesgo la producción de alimentos básicos y afecta a los agricultores, quienes luchan por mantener sus medios de subsistencia.
Es fundamental tomar medidas urgentes para controlar la propagación del hongo y apoyar a los productores afectados. Solo a través de una respuesta eficaz y el fortalecimiento del sector agrícola, Venezuela podrá enfrentar los desafíos y garantizar la seguridad alimentaria de su población.