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Sucesos

Maddalena Maniscalco, la Viuda Negra del 2002, recapturada tras evadir la justicia

Este 24 de noviembre, en una operación de inteligencia liderada por el CICPC Caracas, se materializó la recaptura de Maddalena Maniscalco, conocida como la Viuda Negra de Maturín. Esta mujer, responsable del secuestro y asesinato de su esposo, Ángelo Morreale, en noviembre de 2002, se encontraba evadida de la justicia desde hace años. La detención, ejecutada en un apartamento de Caracas, marca el fin de su fuga y devuelve a la sociedad el cumplimiento de la condena que le fue impuesta.

Operativo de Inteligencia: Tras un meticuloso trabajo de inteligencia por parte del CICPC Caracas, se logró la recaptura de Maddalena Maniscalco, conocida como la Viuda Negra del 2002. La operación se llevó a cabo en cumplimiento de una orden de captura emitida por el Juez de Ejecución del estado Bolívar, Pablo Indriago. La evasión de la justicia, que se extendió por años, finalmente llegó a su término.

Condena Evadida: Maddalena Maniscalco fue condenada a más de 23 años de prisión por su participación en el secuestro y asesinato de su esposo, Ángelo Morreale. La sentencia, ratificada por el TSJ, solo vio cumplimiento durante aproximadamente 6 años antes de que la Viuda Negra se evadiera del Instituto Nacional de Orientación Femenina INOF. La ironía radica en su uso de una fórmula alternativa de cumplimiento de pena mediante destacamento de trabajo, que le permitió permanecer evadida por un extenso periodo.

La Captura: El desenlace de la caza de la Viuda Negra tuvo lugar en un apartamento de la ciudad de Caracas, específicamente en la urbanización Santa Fe Norte, cuyo propietario aún se desconoce. Este episodio marca el fin de una búsqueda que se prolongó por años, devolviendo a la justicia a una figura vinculada a un crimen que conmocionó a Maturín en 2002.

La recaptura de Maddalena Maniscalco, la Viuda Negra del 2002, resalta la importancia de la perseverancia en la aplicación de la justicia. Este caso, que involucra un crimen que dejó una huella imborrable en Maturín, subraya la necesidad de revisar y fortalecer los mecanismos de cumplimiento de penas para evitar evasiones prolongadas. La captura, finalmente materializada, ofrece un cierre necesario para la sociedad y las víctimas, recordándonos la importancia de la rendición de cuentas.