En los estados Apure, Barinas y Guárico, los residentes enfrentan una grave crisis energética que afecta tanto la producción agropecuaria como la atención médica en los centros de salud. Los constantes cortes de energía eléctrica, disfrazados como “Plan de Administración de Cargas” por Corpoelec, han dejado a la región sumida en la oscuridad y la incertidumbre, exacerbando las dificultades ya existentes en un contexto de escasez de recursos.
Impacto en la producción agropecuaria
Los productores agropecuarios en los llanos venezolanos luchan día a día para mantener sus operaciones a flote en medio de los cortes de energía. La falta de electricidad afecta gravemente la operatividad de los equipos necesarios para la extracción de leche, el lavado de corrales y el suministro de agua para los animales.
La situación es especialmente crítica para aquellos que dependen de bombas eléctricas para acceder al agua, ya que los prolongados cortes de energía pueden dejar a las fincas sin acceso al recurso vital durante días.
Desafíos en la atención médica
Los centros de salud en la región llanera también se ven gravemente afectados por la crisis energética. Los cortes de luz ponen en peligro la vida de los pacientes al comprometer el funcionamiento de equipos médicos vitales y las plantas eléctricas de respaldo.
En ocasiones, la falta de combustible para estas plantas ha resultado en tragedias, con pacientes falleciendo debido a la interrupción de los servicios médicos básicos.
Necesidad de soluciones urgentes
La crisis energética en los llanos venezolanos es un problema que requiere una respuesta inmediata y coordinada por parte de las autoridades competentes. Es fundamental que se implementen medidas para garantizar un suministro eléctrico estable y confiable en la región, tanto para apoyar la producción agropecuaria como para proteger la salud y el bienestar de la población.
Se insta a las autoridades a priorizar la inversión en infraestructura eléctrica y a trabajar en colaboración con la comunidad para encontrar soluciones sostenibles a esta crisis. La estabilidad energética es fundamental para el desarrollo económico y social de la región, y su restablecimiento debe ser una prioridad para todos los involucrados.
