En el tranquilo cerro El Rosario, del sector Aracal en el municipio Urachiche, estado Yaracuy, un compartir entre vecinos se convirtió en una horrenda tragedia. Un hombre, identificado como Wuilfredo José Fernández Ramos, fue brutalmente asesinado por Neyber Castillo, de 24 años, todo porque no lo dejó fumar un cigarro dentro de su casa. El terrible hecho ocurrió la noche del martes 30 de abril, dejando consternada a toda la comunidad.
Una discusión que terminó en tragedia
Según el director del CICPC, el comisario Douglas Rico, la captura del asesino se realizó rápidamente gracias a un arduo trabajo de investigación en la zona del crimen. Se descubrió que Castillo esperó a que Fernández Ramos se durmiera para vengarse.
Ingresó sigilosamente a la casa y, mientras la víctima descansaba en una silla, la atacó con un hacha, ocasionándole múltiples heridas en la cabeza y el cuello. Posteriormente, para ocultar su crimen, prendió fuego al cuerpo, causando un incendio que destruyó por completo la vivienda y todas sus pertenencias.
La búsqueda del culpable y el hallazgo de evidencias
Tras cometer el horrendo crimen, Neyber Castillo fue capturado en el sector Quigua, parroquia Guama del municipio Sucre. Las autoridades lograron recopilar como evidencia el arma homicida, prendas de vestir y calzado deportivo con rastros de sangre, lo que no dejaba lugar a dudas sobre su autoría en el lamentable suceso.
La Fiscalía Segunda del Ministerio Público del estado Yaracuy ya se encuentra al tanto del caso y tomará las medidas pertinentes.
Este trágico acontecimiento nos hace reflexionar sobre la importancia del diálogo y la gestión pacífica de los conflictos. Ninguna discusión, por más banal que parezca, justifica el uso de la violencia extrema. La vida humana es sagrada y debe ser respetada en todo momento. Es fundamental promover la resolución pacífica de los conflictos y fomentar el respeto mutuo entre las personas.
Solo así podremos alejarnos de la barbarie y construir una sociedad más justa y segura para todos. Recomendamos a todos mantener la calma en situaciones de tensión, buscar alternativas de diálogo y buscar ayuda profesional en casos de conflictos que se tornan incontrolables. Juntos, podemos evitar que tragedias como la ocurrida en Yaracuy se repitan en el futuro.