Las autoridades venezolanas llevaron a cabo un desalojo en el Centro de Formación Hombres Nuevos Simón Bolívar, conocido anteriormente como la cárcel de La Planta en El Paraíso, Caracas. Este operativo implicó el traslado de los internos a distintas prisiones de la Región Centro-Llano del país, con la intención de transformar el antiguo penal en un centro de supervisión para exreclusos.
Desalojo y traslado de reclusos
Según informes preliminares proporcionados por el periodista Eligio Rojas, el desalojo se efectuó de manera ordenada y los privados de libertad fueron reubicados en diversas instituciones penitenciarias de la Región Centro-Llano.
Testimonios indican que este movimiento responde a una reorganización en el sistema carcelario, buscando mejorar las condiciones de detención y distribución de los internos en el país.
Transformación del espacio
El antiguo complejo penitenciario de La Planta será convertido en un establecimiento destinado a la atención de exreclusos que, aunque han cumplido sus sentencias, todavía requieren de supervisión mensual.
Esta iniciativa, explicada por una fuente a través de la cuenta en la red social X de Rojas, tiene como objetivo brindar un seguimiento adecuado a estos individuos, asegurando su reintegración a la sociedad de manera controlada y efectiva.
Reacción y contexto
La noticia del desalojo y la transformación de La Planta ha generado diversas reacciones. Por un lado, se considera una medida positiva en cuanto a la modernización y humanización del sistema penitenciario venezolano.Sin embargo, también ha suscitado preocupaciones sobre la logística del traslado de internos y las condiciones en las nuevas prisiones.
El establecimiento de un centro de atención para exreclusos en el espacio que antes ocupaba La Planta refleja un esfuerzo por mejorar la reinserción social de quienes han estado privados de libertad. Este tipo de supervisión busca reducir la reincidencia y apoyar a los exreclusos en su transición de vuelta a la vida civil. La supervisión mensual pretende asegurar que estos individuos cumplan con los requisitos establecidos y se mantengan alejados de actividades delictivas.
Este desalojo y la nueva función de La Planta se enmarcan en una serie de reformas más amplias dentro del sistema penitenciario venezolano. Las autoridades buscan no solo mejorar las condiciones de las cárceles existentes, sino también implementar programas de rehabilitación y reintegración más efectivos. Estas medidas son parte de un esfuerzo continuo por abordar los problemas crónicos del sistema penitenciario, incluyendo el hacinamiento y la falta de recursos.
El desalojo de la antigua cárcel de La Planta y el traslado de los reclusos a otros penales representan un paso significativo en la reestructuración del sistema penitenciario en Venezuela. La transformación de La Planta en un centro de atención para exreclusos subraya el compromiso de las autoridades con la rehabilitación y la reinserción social, marcando un avance hacia un enfoque más humanitario y eficiente en la gestión de la población carcelaria del país.