Los migrantes venezolanos en Ciudad de México, muchos de ellos con familias y niños, han encontrado una forma de resguardarse mejor mientras esperan sus citas de solicitud de refugio en Estados Unidos. En las inmediaciones de la Central de Autobuses del Norte y a lo largo de las vías del tren en Vallejo, estos migrantes han pasado de vivir en tiendas de campaña a construir pequeños cuartos con tablas de madera, una medida que refleja su desesperación y determinación.
Viviendas temporales con esperanzas permanentes
A más de un año desde que comenzaron a instalarse en plazas públicas y calles, los migrantes han optado por construir estructuras más sólidas con tablas de madera. Yenni, una venezolana que vive con sus dos hijos en un camellón del Eje Central Lázaro Cárdenas, es un ejemplo de esta nueva realidad.
“Ahora seguiremos varados en la Ciudad de México por más tiempo”, comenta Yenni, aludiendo a las recientes medidas impuestas por la administración de Joe Biden para disuadir los cruces ilegales.
El desafío diario de sobrevivir
La vida en estos campamentos no es fácil. Los migrantes, como Yenni y su familia, deben encontrar formas de sustentar sus necesidades básicas mientras esperan.
Yenni cuenta que su esposo y su hijo trabajan limpiando parabrisas para juntar dinero. “Para hacer 2 mil pesos nos tardamos un mes, porque aquí gastamos 200 pesos diarios para una sola comida”, señala su hija Gladdys. A pesar de los desafíos, la familia persiste, impulsada por la esperanza de una vida mejor.
Intimidación y temor a desalojos
El temor a ser desalojados es constante entre los migrantes. Algunos han confesado haber sido intimidados por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
Yenni recuerda un episodio cuando un agente les advirtió que vendría Migración, lo que provocó que muchos tomaran sus pertenencias y se fueran. “En ese momento quedaron 20 personas, pero ahora se repobló y son 300”, explica.
Impedimentos para avanzar
Denis, otro migrante venezolano, considera que la permanencia de los migrantes en la ciudad se debe a las restricciones para avanzar. “No nos permiten continuar porque no nos dan documentos migratorios para transitar”, comenta Denis.
Esta falta de documentación impide que los migrantes prosigan su camino hacia el norte del país, dejándolos atrapados en un limbo burocrático.
La Lucha por el refugio
La aplicación CBP One es una herramienta crucial para los migrantes que buscan refugio en Estados Unidos. Sin embargo, la espera puede ser larga y llena de incertidumbre. Mientras tanto, los migrantes continúan adaptándose y encontrando formas de sobrevivir. Las nuevas medidas del gobierno estadounidense han complicado aún más la situación, obligando a muchos a permanecer en Ciudad de México por tiempo indefinido.
La situación de los migrantes venezolanos en Ciudad de México es un reflejo de la crisis migratoria más amplia que afecta a la región. Con la esperanza de una vida mejor en Estados Unidos, estos migrantes se enfrentan a desafíos diarios mientras esperan sus citas de solicitud de refugio. A pesar de la intimidación y los obstáculos, continúan construyendo sus vidas con determinación y resiliencia, demostrando que la búsqueda de seguridad y estabilidad es una fuerza poderosa que trasciende fronteras.