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Venezuela y el desafío de mantener una educación pública de calidad

Venezuela enfrenta una crisis educativa al intentar sostener el Decreto de Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria de 1870, que marcó un hito en la educación del país. A 154 años de su promulgación, los expertos señalan que tanto alumnos como docentes enfrentan enormes dificultades para asistir a las escuelas, afectando negativamente la calidad educativa.

Crisis docente y horario mosaico

Luisa Pernalete, con medio siglo de experiencia en la docencia, describe la situación educativa de Venezuela como una “emergencia” debido a la “falta de docentes”. Según Pernalete, los maestros abandonan las aulas debido a los salarios “más bajos” de América Latina, que oscilan entre “25 y 40 dólares” mensuales. Esto ha llevado a que Venezuela pierda una cuarta parte de su cuerpo docente, quienes se ven obligados a buscar otros trabajos para satisfacer sus necesidades básicas.

El “horario mosaico”, una práctica en la que los docentes solo asisten a clases entre dos y tres días a la semana para poder trabajar en otras ocupaciones, es considerado por Pernalete como uno de los problemas más graves que enfrenta el sistema educativo. Esta situación fragmenta la continuidad del aprendizaje y afecta el rendimiento académico de los estudiantes.

Resultados educativos alarmantes

En diciembre de 2023, Lenín Romero, coordinador del Observatorio Nacional por la Calidad Educativa del Ministerio de Educación, presentó un estudio durante un foro en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Este estudio reveló que más del 80% de los estudiantes de tercer y sexto grado de escuelas públicas obtuvieron los niveles más bajos en desempeño de lectura. Estos resultados reflejan las consecuencias de la crisis educativa y subrayan la urgente necesidad de mejorar las condiciones de enseñanza.

Recursos insuficientes y esfuerzos de subvención

Fe y Alegría, una red de centros educativos subvencionados por el Estado, ha sido reconocida por su labor en medio de la crisis. Rafael Peña, director del plantel San José Obrero en Antímano, Caracas, explicó que solicitan una colaboración de 20 dólares a los padres para cubrir la nómina de los trabajadores, aunque muchos progenitores no pueden permitírselo.

A pesar de los esfuerzos del Estado por proporcionar recursos para la subvención, Peña asegura que estos son insuficientes para garantizar una educación de calidad.

Colaboración y apoyo comunitario

Peña destaca la importancia de las alianzas con diversas instituciones para ofrecer becas y ayudas que permitan a los estudiantes continuar su educación. Gracias a estas colaboraciones, el plantel ha logrado superar crisis significativas, como la inasistencia por falta de alimentación.

Durante los últimos tres años, se han suministrado alimentos tanto al personal del colegio como a los estudiantes, logrando una asistencia del 98%. Sin embargo, reconoce que en otros centros de la parroquia la situación es menos favorable.

Perspectivas y datos oficiales

El gobierno venezolano informó que para el inicio del año escolar en septiembre de 2023, se repararon más de siete mil colegios y se registraron 8.82 millones de estudiantes inscritos. No obstante, no hay información oficial sobre la asistencia y el cumplimiento de actividades escolares. Ante la falta de datos públicos, estudios independientes como la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de la UCAB, reportaron en 2023 que el 40% de los estudiantes tuvo una asistencia irregular debido a huelgas, inasistencia del personal, enfermedades y falta de comida.

Venezuela se enfrenta a un reto monumental para mantener una educación pública, gratuita y de calidad. La crisis docente, la insuficiencia de recursos y la necesidad de colaboraciones comunitarias son solo algunos de los desafíos que deben ser abordados con urgencia para garantizar que el legado del Decreto de 1870 se mantenga vigente y efectivo en la realidad actual.