Con el inicio del nuevo año escolar 2024-2025, las familias venezolanas se enfrentan a un alto costo significativo. El retorno a las aulas implica un desembolso considerable, que puede superar los 100 dólares por hijo, una cifra alarmante en un país donde el salario mínimo es insuficiente para cubrir las necesidades básicas. Este artículo examina los costos asociados al regreso a clases y las estrategias que adoptan los padres para enfrentar esta realidad.
El alto costo de los útiles escolares
Desde el inicio de septiembre, los padres en Mérida y otras ciudades del país han comenzado la búsqueda de útiles escolares, comparando precios en diferentes librerías y ferias escolares. Los costos de los materiales básicos varían según la calidad y la marca, con cuadernos que se encuentran a partir de 0,80 dólares y libretas desde 2 dólares. Otros artículos como sacapuntas, lapiceros y colores se pueden adquirir por menos de un dólar, aunque su precio también depende de la calidad.
Sin embargo, los útiles no son los únicos gastos que deben enfrentar las familias. Algunas listas escolares incluyen enciclopedias multiáreas, cuyo precio oscila entre 20 y 35 dólares, un gasto significativo que se suma al costo total del regreso a clases.
Uniformes escolares, un alto costo ineludible
El uniforme escolar es otro aspecto crucial que incrementa el costo del regreso a clases. El precio de las camisas o chemises varía entre 3 y 10 dólares, dependiendo del nivel educativo (preescolar, primaria o bachillerato). Además, los pantalones de gabardina cuestan entre 10 y 15 dólares, y los zapatos escolares oscilan entre 20 y 40 dólares.
A estos gastos se suman los uniformes de educación física, con precios superiores a los 50 dólares para el conjunto completo, incluyendo zapatos deportivos. En tiendas por departamentos, algunos padres intentan aprovechar ofertas para minimizar estos costos, pero muchos se ven obligados a reutilizar prendas de hermanos mayores para ahorrar dinero.
Estrategias para aliviar la carga económica
Ante la imposibilidad de asumir todos estos gastos de una sola vez, muchas familias venezolanas han adoptado estrategias para repartir la carga económica. Desde julio, algunos padres han comenzado a adquirir uno o dos artículos de la lista escolar cada mes, según su capacidad financiera. Esta planificación anticipada les permite cubrir otros gastos necesarios del hogar sin sacrificar por completo el presupuesto familiar.
Otra alternativa popular es la reutilización de uniformes y útiles de años anteriores. Zapatos, pantalones y camisas son heredados por los hermanos menores, una práctica que se ha vuelto cada vez más común en los últimos años debido a la crisis económica.
Un salario insuficiente para el regreso a clases
El salario mínimo en Venezuela es de 130 bolívares, equivalente a unos pocos dólares al cambio actual. Este monto resulta insuficiente para cubrir los gastos del regreso a clases de un solo hijo, que pueden superar los 30 salarios mínimos. Incluso con la ayuda de bonos especiales, como el bono de guerra económica, los trabajadores públicos encuentran difícil enfrentar estos costos, ya que estos beneficios no se reflejan en sus ingresos permanentes ni en otros derechos laborales.
El regreso a clases en Venezuela representa una carga financiera significativa para las familias, especialmente en un contexto económico tan adverso. Con costos que superan los 100 dólares por hijo, muchos padres se ven obligados a recurrir a estrategias como la compra anticipada, la reutilización de uniformes y el sacrificio de otras necesidades básicas. Esta situación subraya la profunda crisis económica que atraviesa el país y la necesidad de políticas que apoyen a las familias en la educación de sus hijos.