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Pacientes renales necesitan hasta 1.000 dólares por sesión de diálisis

En Venezuela, el acceso a la diálisis se ha convertido en un desafío monumental para los pacientes renales. A medida que aumenta el número de personas que requieren terapia sustitutiva renal, la única unidad extra hospitalaria de nefrología que queda en la ciudad lucha por atender a todos los que necesitan tratamiento. Esta crisis ha llevado a muchos pacientes a enfrentar la difícil situación de no encontrar cupo en los centros públicos, viéndose forzados a considerar alternativas privadas con costos inalcanzables para la mayoría.

Escasez de máquinas y falta de capacidad para los pacientes renales

La unidad extrahospitalaria de nefrología en Ciudad Guayana intenta atender la creciente demanda de pacientes que necesitan diálisis, pero enfrenta limitaciones en sus recursos. El centro cuenta con 30 máquinas de diálisis, conocidas como “riñones artificiales”, que funcionan en tres turnos diarios. A pesar de ello, la capacidad instalada no es suficiente para cubrir la demanda, llegando a atender entre 70 y 90 pacientes por día. Esto deja a muchos pacientes esperando una oportunidad de tratamiento, mientras su salud se deteriora.

Según los familiares de los pacientes, el proceso para conseguir un cupo en estas unidades es largo y complicado. Algunos pacientes deben esperar hasta que trasladen a otros a diferentes unidades o hasta que fallezcan, lo que libera un espacio para nuevos ingresos.

Esta situación genera una gran incertidumbre y desesperación entre los familiares, quienes dependen de la disponibilidad de máquinas para que sus seres queridos continúen con vida.

El costo inalcanzable de las diálisis privadas

Para aquellos que no logran conseguir cupo en las unidades públicas, la única alternativa es recurrir a las clínicas privadas, donde los costos son exorbitantes. Cada sesión de diálisis en una clínica privada tiene un valor de entre 700 y 1.000 dólares, y un paciente renal necesita tres sesiones por semana para mantenerse estable. Esto significa que un paciente debe desembolsar entre 2.100 y 3.000 dólares semanalmente para poder recibir el tratamiento necesario.

La situación económica en Venezuela hace que esta opción sea casi imposible para la mayoría de los pacientes. Aunque algunas familias intentan negociar paquetes o planes de pago con las clínicas, la pregunta persiste: ¿De dónde van a sacar tanto dinero los pacientes para cubrir estos costos de manera regular?

La lucha de los pacientes renales por más unidades de diálisis

Ante la falta de capacidad en la unidad de nefrología existente, los pacientes y sus familias claman por la apertura de una nueva unidad extra hospitalaria en Ciudad Guayana. Se estima que una nueva unidad con 20 o 30 máquinas adicionales podría ayudar a cubrir la totalidad de la demanda de pacientes renales en la ciudad, brindando así la posibilidad de un tratamiento adecuado a aquellos que actualmente se encuentran sin opciones.

La construcción de una nueva unidad no solo aliviaría la presión sobre el sistema de salud, sino que también mejoraría la calidad de vida de cientos de pacientes que, hoy en día, deben esperar un cupo o enfrentar los altos costos de las clínicas privadas.

La situación de los pacientes renales en Ciudad Guayana refleja una crisis más amplia en el sistema de salud venezolano. Con una demanda creciente de tratamientos de diálisis y una oferta limitada de máquinas y recursos, muchos pacientes se encuentran en una situación desesperada. Las opciones privadas, con sus altos costos, resultan inaccesibles para la mayoría, lo que deja a muchos sin el tratamiento que necesitan para sobrevivir. Para resolver este problema, es fundamental que se inviertan más recursos en la creación de nuevas unidades de nefrología y se brinden soluciones asequibles para estos pacientes vulnerables.