El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento, un principio consagrado en la enmienda 14 de la Constitución. Durante una entrevista reciente, el republicano destacó que este objetivo será una prioridad en su nuevo gobierno, aunque reconoció los desafíos que implica modificar la legislación. Paralelamente, aseguró que su administración trabajará en favor de los beneficiarios del programa DACA, conocidos como “dreamers”.
Ciudadanía por nacimiento: un cambio constitucional complejo, expresó Trump
Trump afirmó que el derecho a la ciudadanía por nacimiento será uno de los primeros temas que abordará en su nueva administración. Este principio, consagrado en la enmienda 14 de la Constitución estadounidense, otorga automáticamente la nacionalidad a cualquier persona nacida en territorio estadounidense, sin importar el estatus migratorio de sus padres.
“Somos el único país que tiene esto, y necesitamos acabar con ello”, declaró Trump, subrayando que se requerirá un amplio respaldo político y social para reformar la Constitución. Aunque durante su primer mandato intentó abordar este tema mediante una orden ejecutiva, sus planes se vieron interrumpidos por la pandemia de covid-19.
DACA y el futuro de los “dreamers”
En contraste con su postura sobre la ciudadanía por nacimiento, Trump adoptó un tono conciliador respecto a los beneficiarios del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia). Los llamados “dreamers” son jóvenes que llegaron al país siendo niños y que han logrado construir una vida en Estados Unidos bajo la protección de este programa.
El presidente electo destacó que muchos de estos individuos han contribuido significativamente a la sociedad estadounidense, ocupando puestos laborales, dirigiendo negocios e integrándose plenamente en la economía. Según Trump, trabajará en conjunto con líderes demócratas para garantizar su permanencia legal en el país.
Implicaciones políticas y sociales
La propuesta de Trump para eliminar la ciudadanía por nacimiento enfrenta importantes retos legales y políticos, ya que requiere una reforma constitucional, un proceso que implica la aprobación de dos tercios del Congreso y la ratificación por tres cuartas partes de los estados.
Por otro lado, su postura sobre los “dreamers” podría generar un punto de consenso entre republicanos y demócratas, quienes han debatido durante años sobre el futuro de este grupo. Sin embargo, críticos han señalado que estas dos posturas aparentemente contradictorias podrían profundizar las divisiones en el discurso migratorio del país.
Las propuestas migratorias de Donald Trump para su segundo mandato prometen ser una mezcla de controversia y conciliación. Mientras el objetivo de eliminar la ciudadanía por nacimiento enfrenta complejidades legales significativas, su disposición a colaborar con los demócratas para proteger a los “dreamers” podría representar un avance en la construcción de políticas migratorias inclusivas. Lo que queda claro es que el tema migratorio seguirá ocupando un lugar central en la agenda política de Estados Unidos.