La escasez de gas en el estado Aragua ha puesto en jaque a los comerciantes del sector alimenticio, quienes han tenido que recurrir a soluciones extremas para mantener sus negocios operativos. A pesar de los anuncios oficiales sobre una mejora en la distribución, la realidad de los empresarios aragüeños refleja una crisis que amenaza con paralizar la actividad comercial y aumentar los costos para la población.
Comerciantes obligados a buscar alternativas
La falta de gas en Aragua ha llevado a muchos propietarios de restaurantes y pequeños negocios a trasladarse a otras ciudades en busca de bombonas. Haisam Abifaraj, dueño de un establecimiento en el municipio Mario Briceño Iragorry, narró cómo tuvo que viajar a Caracas para abastecerse de gas, una solución temporal que, según él, resulta insostenible debido a los altos costos de transporte.
“Esta situación me obliga a reducir mis horas de trabajo y a replantear el menú para no quedarme sin gas”, comentó Abifaraj.
Un mercado paralelo en auge
Ante la dificultad de acceder al suministro regular de gas, el mercado informal se ha convertido en una opción, aunque a precios exorbitantes. Johan Mosquera, encargado de un restaurante, explicó que tuvo que pagar $75 por una bombona de 43 kilos, cuyo precio en circunstancias normales no supera los $25.
Esta dependencia del mercado paralelo pone una presión adicional sobre los comerciantes, quienes deben trasladar estos costos a los consumidores o asumir las pérdidas.
Infraestructura insuficiente para cubrir la demanda de Gas
En junio, la gobernadora Karina Carpio inauguró la planta de GLP “Arsenal en Victoria”, con la intención de beneficiar a miles de familias en la región.
Sin embargo, la instalación permanece cerrada “hasta nuevo aviso”, dejando a los ciudadanos sin opciones claras para resolver sus necesidades. Este cierre genera dudas sobre la capacidad de las autoridades locales para garantizar un suministro estable en medio de la creciente demanda.
La leña como última opción sin gas ni electricidad
En un esfuerzo por mantenerse a flote, algunos comerciantes han recurrido a cocinar con leña, especialmente durante la temporada decembrina.
Yessica Núñez, quien cada año prepara y vende hallacas, mencionó que las fallas eléctricas y la escasez de gas la obligaron a buscar métodos alternativos para seguir produciendo. “Me las ingenio para que la falta de luz y gas no afecten mis ventas”, afirmó.
La crisis eléctrica agrava la situación
A la problemática del gas se suman constantes cortes de electricidad, que complican aún más el panorama para los negocios de comida. La ausencia de soluciones por parte de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) ha llevado a algunos comerciantes a depender de generadores o a suspender sus operaciones temporalmente.
La crisis de gas y electricidad en Aragua ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los comerciantes y la necesidad urgente de soluciones estructurales. Mientras tanto, los empresarios del sector alimenticio buscan formas creativas para resistir, aunque los costos personales y financieros continúan en ascenso. La incertidumbre persiste, y la población clama por medidas que alivien la situación antes de que las consecuencias sean irreversibles.