En la zona fronteriza entre San Antonio del Táchira y Ureña, los productos venezolanos apenas alcanzan un 20% de presencia en los comercios locales, según el analista William Gómez. Aunque se observa un leve incremento en su distribución, los consumidores siguen optando mayoritariamente por artículos de origen colombiano debido a sus precios más bajos, lo que refleja un complejo panorama económico para la industria nacional.
Productos nacionales: una presencia limitada
Durante los últimos meses, los anaqueles en la frontera entre Venezuela y Colombia han registrado un ligero aumento de productos venezolanos. Sin embargo, el dominio de mercancías colombianas continúa siendo evidente, alcanzando un 70% de la oferta total, mientras que el 10% restante corresponde a bienes importados de otros países.
De acuerdo con el recorrido realizado por el medio La Nación en localidades como San Antonio y La Parada, los ciudadanos priorizan la compra de productos colombianos debido a su menor costo, una decisión impulsada por el bajo poder adquisitivo de la población venezolana.
Preferencia por precios bajos
William Gómez, experto en temas fronterizos, explicó que los consumidores tienden a favorecer los artículos colombianos, incluso si los venezolanos son percibidos como superiores en calidad. La competitividad de los precios del país vecino permite a las familias adquirir más productos de la canasta básica, una necesidad imperante ante la crisis económica.
A pesar de estas dificultades, algunos consumidores han logrado adquirir productos venezolanos en mercados cercanos como el Área Metropolitana de Cúcuta, donde tanto colombianos como venezolanos residentes en la región los consumen.
Entre los artículos más destacados se encuentran el diablito, la mayonesa, el atún, la mantequilla, la pasta y bebidas tradicionales como la chicha y el chocolate en polvo.
Industria paralizada y desafíos comerciales
A pesar del incremento en la oferta de productos venezolanos, la industria en el eje San Antonio-Ureña sigue atravesando dificultades estructurales. Gómez señaló que al cierre de 2024, el 90% del comercio e industria local permanece inactivo, mientras que el 10% restante opera apenas al 30% de su capacidad.
La incapacidad de los productores nacionales para ofrecer precios competitivos frente al mercado colombiano limita su crecimiento en la región. Esta situación no solo afecta la economía local, sino que también reduce las oportunidades laborales y el desarrollo de la zona fronteriza.
Productos venezolanos: valorados, pero costosos
Aunque los productos venezolanos son reconocidos por su calidad y sabor característico, su precio sigue siendo un obstáculo. Los consumidores que pueden adquirirlos lo hacen en menor escala, mientras que el grueso de la población prefiere alternativas más económicas provenientes de Colombia.
El diablito, el queso fundido, las bebidas chocolatadas y otros alimentos tradicionales se mantienen como símbolos de preferencia, especialmente en los mercados de Norte de Santander, donde encuentran una demanda moderada.
El panorama comercial en la frontera venezolana refleja una clara desigualdad en la competencia entre productos nacionales y extranjeros. Mientras los artículos colombianos se posicionan como la opción principal por sus precios accesibles, los bienes venezolanos apenas logran un 20% de presencia en los estantes. La reactivación de la industria local y la mejora en la competitividad de costos son esenciales para que los productos venezolanos recuperen su lugar en el mercado fronterizo.
